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31 de Diciembre 2003
Rescate del diario y de la epístola
Un verdadero retrato de alguien, tomado desde la perspectiva del continuo e inagotable cambio, de la continuidad y de la incongruencia que causa azoro es el diario personal. El diario como interlocutor y confianza, soporte de la memoria y quizás reflejo de acción; rescate parcial de la vida que de otra manera se negaría a rescatarse a sí misma. De esta especie literaria estamos presenciado una nueva modalidad: el diario público, que no por ello deja de ser íntimo. En algunas modalidades el diario casi se confunde con una profunda, sentida carta. Bien pensado, un diario siempre ha sido una epístola dirigida a un destinatario ambiguo, inaccesible, quizá con un referente real. ¿Quién es este lector ausente y anhelado que parece escudriñar con una mezcla de fascinación morbosa y de sana curiosidad las líneas del espejo? Aún cuando en un diario me dirija a mí mismo, no soy yo (escritor) el que habrá de descifrar la maraña de sensaciones que permanecieron congeladas en la página, sino un yo futuro, diferente; el yo lector que se sorprenderá al salir al encuentro frontal con este presente convertido en pasado irreconocible. ¿Qué podría ser más frustrante que el visitar nuestro pasado y no poder reír ante lo que alguna vez nos hizo llorar, o al menos, estar en la disposición de poder dar vuelta a una página?
Cerrar un capítulo: Uno de los gestos más difíciles. Abrir otro: Uno de los más emocionantes.
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Primera versión: 27 de octubre de 1999.
Publicado originalmente en el número X del Infausto Florilegio, en la primavera del año 2000.
Escrito por Pável, 11:59 PM
30 de Diciembre 2003
Relaciones públicas
Sí, buenas noches. Qué lindo le queda ese vestido. (Sonríe, sonríe) ¿Que si leo la Biblia con frecuencia? Le puedo recitar el eclesiástico si me lo permite: "Yugo de bueyes mal ajustado es la mujer malvada" (Eso me recuerda, ayer golpearon a un hermano krisnamurti, al confundirlo con un estropajo) ¿A dónde va? ...Señora, definitivamente le queda muy bien ese vestido; ¿me pueden servir otra copa? (Y podrían callar a ese niño, aprovechando que van por ahí) Sí, solía trabajar en una agencia de publicidad pero fui despedido al filtrar en un comercial las políticas laborales de Wal Mart y Starbucks... ¿Qué qué marca de desodorantes le recomiendo? Antes, ¿podría enseñarme su axila? Otro whisky por favor; (Sonríe, sonríe; DISIMULA) Acerquémonos a la mesa, parece que ahora servirán el pastel. ¡Hola! ¿Podemos hablar de política? ¿No? Bueno... ¿Que a qué me dedico ahora? Inspección sanitaria: Mido y controlo la cantidad de heces fecales que contienen los garrafones de agua... ¿Por qué te vas? Bueeeno... (era linda, sí. ¿Pueden CALLAR a ese niño?) Señora, yo NO le estoy viendo las piernas a usted, soy un CABALLERO, sería incapaz... le informaron mal; es el señor del fondo el que la desnudaba con los ojos; ese que está detrás de las cortinas (no me extrañaría que se estuviera haciendo una paja en este momento)...ande, vaya, para servirle...¿qué pasó con mi trago? Ven niño, VEN hijito, voy a decirte cómo te vas a morir...
Escrito por Pável, 12:47 PM
26 de Diciembre 2003
Predicador
Una plaga de langostas se ha abatido hoy en el cielo de la ciudad de Mérida. Por azares del destino yo me encontraba consultando una receta de cocina en el eclesiastés, en plena calle con una pesada biblia de forros rojos y pasta dura. Uno de los insectos cayó sobre la frase "vacuidad de vacuidades" y levanté la vista. Los pájaros negros que suelen habitar los árboles de la Plaza Mayor habían comenzado su festín; otros bichos despistados por el viento caían en picada sobre los transeúntes. Yo comencé a repelerles con el libro, bateándolos de vuelta hacia el cielo, mientras gritaba furiosas consignas invitando a la perdición de las almas.
Escrito por Pável, 8:05 PM
23 de Diciembre 2003
Monjas, chambritas y licores
A las 7 de la mañana del sábado 20 de diciembre, por alguna razón me encontraba rodeado de monjas de la congregación de la Santa Cruz.
A las 11 de la mañana del mismo día, comprando ropa de bebé en tiendas departamentales.
A las 20 horas, ante una cajera del Carrefour, me encontraba pagando licor (vodka, tequila, whisky) para doce hombres que minutos después se reunirían en la casa de playa de Chicxulub a deliberar. Despedida de solteros le llaman otros.
Del Carrefour salimos Alex, Russell y yo hacia la carretera. En el trayecto, Alex habló acerca del nuevo disco. probable título y probable primer sencillo. Russell por su parte refirió la anécdota más reciente del Virtuoso: "En mi trabajo me solicitaron que consiguiera músicos para una reunión de ejecutivos. No querían escándalo, algo más bien tranquilo. Le llamé al Virtuoso. Me dijo que le diera una hora para conseguir a un par de jazzistas. Le dí la hora.
-Ya está, man- me dijo -¿De cuánto dispones?
-Cuatro mil pesos*.
Silencio tras el teléfono por unos segundos.
-Bueno man, va.
-¿A quién conseguiste?"
Luois Martínez, Armando Palomo y otro tipo. Puros concertistas internacionales. Algo de la crema y nata del jazz mexicano por cuatro mil miserables pesos, para amenizar la reunión de un grupo de ejecutivos que no tendrían la mínima idea de lo que estarían escuchando.
-¡Pinche Virtuoso!
Llegamos a la casa en la playa. Alejandro se bajó para abrir la verja de madera. Russell comenzó a meter el auto, hasta que escuchamos un ¡crack! seguido de improperios. El espejo retrovisor del auto de Russell, roto al golpearse con la reja.
-¡Coño! Lo peor es que nadie me va a creer que esto me pasó totalmente SOBRIO.
En ese preciso momento llega un mensaje al teléfono celular de Russell. Es del Virtuoso: "¿Qué onda, man? ¿Ya comenzó el desmadre?"
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*Unos 330 euros.
Mérida, Yucatán
Escrito por Pável, 11:00 PM
22 de Diciembre 2003
Operación Aeropuerto IX: El distribuidor vial
Dos horas, cuarenta y cinco minutos.
Ya nadie puede dudar que de cada viaje al aeropuerto de la Ciudad de México surge un guión para una película muy larga y muy mala. En esta ocasión, estuve metido en un taxi durante dos horas y cuarenta y cinco minutos, gracias a la conjugación de dos factores:
1. Mi taxista no tenía más de 16 años y conocía la ciudad tanto como yo conozco el alfabeto cirílico.
2. El megadesmadre del tráfico generado por la construcción de un distribuidor vial.
Viernes a las seis y media de la tarde, abordé el vehículo para estar tranquilamente en el aeropuerto al filo de las siete. Mi vuelo saldría a las 9:30 de la noche. Llegué a las nueve con quince minutos.
La típica frase con la cual es recibido uno al abordar un taxi en esta ciudad es "usted me dice por dónde", y los choferes hacen esto principalmente para detectar incautos y poder aumentar la cuenta del taxímetro. Pero el tipo que me recibió este viernes REALMENTE no sabía por dónde rayos ir al aeropuerto. Al llegar a cada esquina preguntaba "¿me sigo derecho?" Yo lo guié por la ruta habitual. Pero no contaba con las obras del distribuidor vial de Zaragoza. Malhaya. "Finalmente" se nos cruzó en el camino uno de los taxis del aeropuerto y solté unas de las frases que uno siempre quiere pronunciar: SIGA A ESE TAXI.
Si estás por las avenidas de noche y observas el cielo, las estrellas se te habrán perdido. No os preocupéis: Mira a tu alrededor; derecha, izquierda, hacia el frente, hacia atrás. Hasta donde tu vista alcance a llegar, verás las luces; los focos de los autos detenidos, rumiando hasta el próximo cambio de semáforo.
Escrito por Pável, 7:06 PM
19 de Diciembre 2003
De chupes (2)
Dicen que un meteorito acabó con los dinosaurios. Dicen que ese meteorito hizo impacto en la península de Yucatán, justo en el sitio donde ahora se encuentra un pueblo costero llamado Chicxulub. Según me cuenta el Virtuoso en ese mismísimo sitio tendrá lugar la orgía de licor programada para este fin de semana. Todo está dispuesto para pasar 48 horas ininterrumpidas rindiendo culto a Baco, y corre el rumor que se reunirá la formación original de ese oprobioso grupo "musical" llamado Bolsa Escrotal.
Según la misma fuente informativa, la ingesta de bebidas espirituosas no se detendrá hasta no ver a: 1) dios, 2) Jimmy Hendrix, 3) Frank Zappa, 4) Jean Paul Sartre, cocinando un huevo, 5) el último Tiranosaurio Rex pereciendo en un infierno nuclear. Lo que suceda primero.
Tengo miedo.
Escrito por Pável, 5:30 PM
18 de Diciembre 2003
De chupes (1)
A casi tres meses de la entrada en vigor de la prueba de alcoholemia a conductores de automóvil de la Ciudad de México, circula el rumor de que ya se cuenta con un repertorio de trucos para burlar el alcoholímetro o chupómetro * como vulgarmente se le conoce al aparatejo.
1. En algunos establecimientos (restaurantes, bares, discos, etc.) poco antes de que el parroquiano proceda a dirigirse a su domicilio, se le da a beber cierta agüita milagrosa que supuestamente enmascara el nivel de alcohol que puede ser detectado. ¡Salú!
2. Los acomodadores de autos, "valets parkings" o "franeleros" dan informes precisos de las avenidas y horas donde se encuentran los retenes, para que los borrachines los eviten. Un franelero de la Zona Rosa nos comentó: "A las 3 de la mañana, pasa la patrulla y nos dice dónde están (¡) Hay que evitar el eje 6 y el eje 7 A las 4 de la mañana ya están dormidos esos cabrones.
3. Cuando un parroquiano ya anda demasiado pasado de copas, los mismos gerentes de ciertos establecimientos disponen de personal para llevar a casita al susodicho, arroparlo y prepararle una sopa caliente por la mañana.
4. La variante del punto anterior es poner al borrachín en un taxi, y darle la bendición. Se prefiere la variante 3 dado que con el taxi no asegura que el cliente llegue a casa o muera, y uno necesita conservar a los clientes.
5. También está el método más honrado. Ciertas discos y bares tienen ya su propio alcoholímetro para que uno vaya midiendo sus niveles de chupe y sepa cuándo pararle. Éste es, obviamente el método menos eficaz, ya que ¿qué tanto es tantito, y la copa del estribo suele ser la botella del estribo.
Así, dentro de poco y gracias a la marrullería del ciudadano mexicano, los únicos que seguirán cayendo serán turistas despistados. Ji ji ji.
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* Nota bene: "Chupar" se usa en México como sinónimo de "ingerir bebidas alcohólicas en cantidades industriales". Otra palabra para lo mismo es "inflar".
Escrito por Lic Osorio, 8:20 PM
De madrugada
Querida amiga:
Ya voy para allá. Tendrás que tener cuidado, mucho cuidado, porque mi rencor sólo puede compararse con mi sigilo. Tendrás que comprar uno de esos perritos falderos que sirven como alarmas con sus agudos ladridos, pero mucho me temo que tampoco te será de gran ayuda. Le voy a platicar acerca del discurso del método y se quedará dormido. Entonces voy a entrar por el jardín, y procederé a la cadena de maldad que vengo fraguando desde que no te veo: Cambiar la posición de las macetas, barrer las hojas del patio, colgar foquitos de navidad alrededor de la casa. Y cuando esté junto a tu cama, con mirada torva y siniestra recorriendo tu cuerpo dormido, procederé a matarte a base de cosquillas.
Ps. No soy Santa Claus ni nada parecido, así que no te hagas ilusiones. De hecho, si me lo encuentro, le daré una paliza tal que nunca volverá a aparecerse por tu barrio. JA.
Escrito por Pável, 5:38 PM
16 de Diciembre 2003
Flores
El clima pinta melodioso para hacer un par de piruetas sentimentales. El patetismo puede funcionar en la literatura, pero en la vida cotidiana tiene la divina virtud de fastidiarlo todo. Necesito un boleto de avión hacia Mérida. YA.
(La literatura. Ja. JA)
Sigue: La vida nocturna en una oficina solitaria.
La vida nocturna en una oficina solitaria: el garrafón de agua, las alfombras, los extinguidores, las impresoras, la fotocopiadora, el fax, las lucecitas parpadeantes de los teléfonos, la cafetera, la cocina, los baños. Suena muy romántico pero en realidad todo es bastante siniestro. No es que sea el turno nocturno, sino el hecho de no dormir adecuadamente, en cantidad y calidad de horas. Podría haber sido una experiencia gratificante, si no fuese porque muchos mamíferos necesitamos dormir y descansar, y no trabajar unas veinte horas al día. Nadie debería pasar por eso. Y hay muchísima gente que pasa por eso, en condiciones mucho peores que una oficina que al menos tiene una alfombra para que te tires. Precisamente acostado en la alfombra y mirando al techo, pensaba en esa gente; me venían a la mente imágenes de niños privados de sueño y reposo.
¿A qué me dedicaba en esa oficina? Ah, es muy interesante. Todavía lo hago. Construyo modelos estadísticos basados en reportes acerca del comportamiento humano. Una conducta se transforma en un gráfico, y luego de un conjunto de gráficos, tablas, números se intentará predecir un comportamiento futuro. ¿Acaso esto no es bastante siniestro también?
Una vez me quedé dormido sobre un par de sillas. Se unían justamente a la mitad de mi columna vertebral, y cuando desperté unos quince minutos después simplemente no podía mover las piernas. Así que me arrastré un poco hasta que volvió la sensación debajo de mi cintura. En ese lapso pensaba. Pensaba.
Vine a la ciudad de México con el objetivo de cultivar mi propio odio, rencor e indignación, después de muchos años de habitar en un valle de flores. No es que no me gusten las flores; todo lo contrario. Todavía no llego al fetiche de encerrarme en el baño y comerlas, pero me ponen de muy buen humor. Y si me alejé de ellas fue por cuestiones más caprichosas en realidad. Quería ampliar mi gama de emociones. Siempre he sido una persona bastante informada acerca de lo que sucede en el mundo, he intentado mantener agazapada la dosis de ingenuidad que todos tenemos. Pero estaba harto de imaginarme la indignación, de imaginarme la humillación, el dolor (no el sufrimiento, que es diferente); harto de no estar de acuerdo con algo sin haberlo visto por mí mismo. Esto es muy interesante porque no vine a sentirlo, sino a presenciarlo. A palparlo. No es que en la otra ciudad esto no existiera, pero había una bonita pantalla, un lindo biombo que lo ocultaba. Aquí no hay manera: Cada día la miseria (en todas sus facetas) se le restriega a uno en la cara. De una u otra manera me tocó vivir un poco (un poco) de ese dolor y creo que obtuve mi merecido por acercarme demasiado. Pero no me arrepiento. Por supuesto que todavía no sé todo acerca del funcionamiento de esta sociedad, pero me siento como si en estos tres años hubiese adquirido información equivalente a diez. Y esta información me permite planear mejor mi plan de ataque.
En el techo del edificio de enfrente había una disco. A veces me asomaba. ¿A dónde se va esa canción techno de amor? ¿Por qué se disuelve en la oscuridad?
Salía a caminar a las 3 de la mañana para que el frío me mantuviese despierto. Muchas veces las caminatas se prolongaban treinta o cuarenta minutos; me iba de Masaryk a Mariano Escobedo, y ahí hacia Reforma. Me detenía a observar el tráfico de esas horas. No es ninguna metáfora, a esa hora en esta ciudad hay tráfico. Los autos paralizados me daban una sensación de sosiego, de tranquilidad. Fuera de tiempo. A veces salía casi al amanecer, y el sol en el rostro me sorprendía viendo a los autos.
¿Por qué recuerdo eso ahora? Era la misma época del año. Con tanto frío.
Había estado demasiado ocupado. Hoy lo sigo estando, pero me apuran otras cosas; conseguir un boleto, escribir, conseguir un peine (hace 9 años que me rasuro el cráneo para acordarme cada día del cáncer y la muerte, pero ahora me he dejado un poco el cabello para la ceremonia).
También tengo en la agenda alegrarme ahora que Vanessa y Alejandro han decidido vivir juntos, quererles más, pensar en tener flores en la casa ahora que vengan a visitarme
Escrito por Pável, 9:26 PM
15 de Diciembre 2003
Cada cierto tiempo
Cada cierto tiempo reviso mis anotaciones pasadas. Acabo de leer las de diciembre de 2002. Respecto a ti. No tengo la certeza de que algún día yo quede tranquilo respecto a ti. Eso es desesperanzador. Alguna vez pensé que esa tranquilidad llegaría si te casaras, tuvieras hijos o algo por el estilo. Ahora no puedo asegurar que así sea. Ni siquiera puedo asegurarlo con tu muerte. Creo que tu muerte empeoraría las cosas. Intento distraerme; hay actividades y retos nuevos que me apasionan. Pero una parte de mí permanece inalterablemente encadenada a tu imagen, como una especie de conjuro. Es absurdo, tan absurdo como Sísifo empujando la roca cuesta arriba. Esta obsesión por ti se está convirtiendo poco a poco en uno de mis mayores temores; me da pánico pensar que podría pasar el resto de mi vida así. Me he alejado, he silbado y mirado a otro lado. Y sigo. ¿Exagero? Podría ser. Podría ser si no hubiesen pasado ya nueve años, nueve malditos años en los cuales no he podido olvidarte y en los cuales no he podido aclarar una pregunta: ¿Por qué?
Escrito por Pável, 5:40 PM
11 de Diciembre 2003
Viñetas
La sociedad de la (des) información
Snif, Snif. Son parte de los bonitos deseos de las personas con traje sastre que en estos momentos se reúnen en Ginebra, en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. Una de las metas: Conectar a internet a todas las ciudades del planeta de aquí al 2015. Lo roñoso del asunto es como siempre, de dónde va a salir el dinero para hacerlo. Eso y si los aspectos técnicos del mundo virtual se deben seguir administrando desde unas oficinas en California.
Aunque el acceso a la información es un tema de suma importancia, creemos que entre las comunidades que ya tienen fácil acceso a ella debería plantearse un serio debate acerca de la calidad de la misma. Además deberíamos organizarnos para terminar de una vez por todas con la temporada navideña.
¿Nos tomamos un cafecito?
Mientras tanto en las Cámaras los acuerdos para los nuevos impuestos y la reforma fiscal siguen en suspenso. Cosa que, nos parece, no tendría que suceder ya que haciendo a un lado a todos los diputados priistas, aún así habría el número suficiente de personas para aprobar las reformas. Pero puede más la mexicana costumbre de faltar al trabajo.
¿Me da para mis viáticos?
Escrito por Lic Osorio, 7:35 PM
10 de Diciembre 2003
Llamada
-Sí madre, todo está bien. Hace un frío de la fregada, pero todos sanos. Ayer descalabraron a un par de comerciantes y a uno que otro policía; Marky Ramone pasará por el barrio; viene el quinteto de Piazzola y creo que sigue la muestra de Bergman. No, todavía no le dan su constancia a Chuayffet.
Qué lástima que no podrán venir para fin de año. Van a venir mis amigos de Mérida. Ah. Y mi amiga de Veracruz. Sí, organizaremos un pequeño, muy pequeño convivio. Presiento que me voy a aburrir...
Escrito por Pável, 8:03 PM
Registro onírico 124
Expediente clínico: LAG-75 (Luis AG.)
Fecha de registro: Miércoles 10 de diciembre, 2003.
Hora de registro: 7:22 am
Lugar de registro: Colonia del Valle, Ciudad de México.
Yo tenía que hacer una especie de conjuro o maldición, así que iba a visitar a una vieja bruja. Ella habitaba una iglesia abandonada y derruida. Allí me dijo que debía cortarle las dos patas delanteras a nuestra perra, y una vez hecho esto, darme golpecitos en la nuca con dichas extremidades.
Todos deseamos que Luis acabe pronto su tesis, que versa sobre Gran Guiñol.
Escrito por Pável, 5:22 PM
8 de Diciembre 2003
Búsquedas
Algunas noches, al asomarme por la ventana descubro a un hombre removiendo la basura con un palo de escoba. A juzgar por su vestimenta no se trata de un indigente. Por las mañanas la gente piensa que han sido los perros quienes han regado los desperdicios.
Esas mismas noches contingentes de niños menores de 7 años salen a las calles a partir de las 2 de la madrugada y recorren con ojos llorosos las avenidas que durante el día evitan cruzar. Sus rostros y manos se tornan azules a causa del frío. Les escucho gemir y regresar cabizbajos apenas asoma el primer indicio solar.
Y esas mismas mañanas mi cuerpo tendido en la cama hace un giro automático hacia su derecha; mi brazo se estira y una sensación inesperada termina por despertarme. Si tengo suerte toparé con algunos discos o libros regados en la otra mitad de la cama.
De tu cuerpo nada.
Escrito por Nôd, 7:47 PM
7 de Diciembre 2003
Bicho
Solía tener antenas y patas con ventosas. Solía licuar mis alimentos pues carecía de dientes, y en las paredes ascendía para ocultarme detrás de las telarañas del techo. En más de una ocasión una chica bonita descompuso su rostro al advertir mi presencia. Eran los tiempos en los cuales batía las alas y salía planeando al otro lado de la habitación, buscando una rendija, una ventana abierta que me llevase hasta las flores, hasta una flor que me protegiese de los pájaros y de los sapos. Me debilité en el campo.
Pero ellos me abandonaron en una alcantarilla. Sobre el lomo de una rata descubrí las bodegas de los supermercados; en los fermentos de las frutas sobreviví hasta que pude volver a valerme por mí mismo. Salí y exploré los bares, los prostíbulos y las tiendas de revistas. Llegué hasta los malls atestados de adolescentes y retocé juguetón en los abrigos de las damas. Pero el olor de su perfume me causó repugnancia, un asco tan fuerte que ahora evito esos lugares.
Hoy suelo usar cortaba y me afeito los bigotes. Mis cuellos son almidonados y nunca falta el brillo en mis mocasines. Aún así, cada mañana al verme al espejo el brillo de mis ojos delata al bicho, y siento que soy más letal bajo esta apariencia.
Escrito por Nôd, 8:06 PM
5 de Diciembre 2003
Asesores
Un pavo falso = incremento en 5 puntos de popularidad.
Hail to the Thief!
Escrito por Lic Osorio, 11:30 PM
Businesses R Businesses
Vía e-mail, spam:
"hola
espero puedas ser tu quien acepte el trabajo,
solo es para chicas
se trata solo de tener sexo conmigo 2 o3 veces por semana una o dos
horas
solo quiero sexo vaginal para relajarme
claro habra pago nada es gratis es a tratar pero de inicio son 300
comunicate via mail y manda foto y tel."
Sin comentarios. De verdad. Estoy mudo.
Escrito por Lic Osorio, 1:00 PM
4 de Diciembre 2003
Bendita inocencia
Si les ha pasado esto, espero que lo hayan tomado con una filosofía semejante o mejor. Reconstruyamos la escena.
Es la hora de la comida o de su descanso. Están sentados en la banca de cualquier parque de cualquier ciudad. Bueno, en el parque de su preferencia. Con las manos en los bolsillos, silbando. Hace un poco de frío; las nubes cerradas impiden el paso del sol, a pesar de ser mediodía. Se recrean en sentir la naturaleza a su alrededor; recorren con la vista el paisaje urbano: El humo de los autobuses, los pajaritos cayendo muertos por el smog, la publicidad cubriendo edificios enteros, los automóviles cazando peatones, los peatones cazando peatones, los carteristas trabajando, las abuelitas cruzando las avenidas, los perros dejando recuerdos sobre el asfalto, esos amables señores intentando llevarse un cajero automático
Están debajo de un árbol que les regala sombra. Las hojas caen en cámara lenta. Materia procesada de paloma cae en cámara lenta. A unos cuantos metros presencian la formación de un remolino de polvo que avanza en dirección a ustedes. El remolino les despeina un poco y les hace cerrar los ojos. Cuando los vuelven a abrir, frente a ustedes se ha detenido por casualidad una mujer (u hombre según sea el caso), una persona que se cubre el rostro para evitar el polvo. Contemplan a la persona. No es extremadamente bella, pero es agradable. Hay algo de familiar en su forma de cubrirse el rostro con la mano; algo de familiar en la manera como el viento atraviesa sus cabellos. Algo de familiar en la forma como levanta uno de sus talones y casi se sostiene únicamente en su pierna derecha.
Algo de familiar pero no saben qué. Hasta que el remolino pasa y la persona baja la mano dejando ver el rostro en su totalidad. Todavía no hay nada, pero ella levanta la vista, abre los ojos y su mirada recae directamente en ustedes. Ni ella ni ustedes, ni el diablo ni nadie sabe por qué; pero se sonríe mirándoles y se encoge de hombros. Se marcha. Sólo ha durado unos segundos, pero su gesto les ha atravesado el corazón, las vísceras y la glándula pineal. Lo que era familiar no eran fragmentos de ella, sino el conjunto, el resultado del conjunto: el gesto.
Como si de un balde de agua se tratara, una ráfaga de recuerdos les invade. Es el mismo gesto de aquella chica (o chico según sea el caso) que tanto les gustaba cuando eran unos críos, digamos de 12 años. El mismo gesto de esa persona un poco mayor que ustedes (digamos de 15) que les proporcionó el material suficiente para sus primeras fantasías platónicas o eróticas. Como si fuese un viejo rollo de película las imágenes se suceden una tras otra: Recuerdan las veces que platicaron con ella, las veces que la espiaron furtivamente, las veces que estuvieron a punto de decirle cuánto les gustaba y no lo hicieron; las veces que estuvieron a punto de robarle un beso sin atreverse. Y de repente una escena, una sola escena: Aquella ocasión cuando, sentados en una banca de parque (sí, como ahora), con un poco de frío, (sí, como ahora), en un día nublado y asquerosamente citadino de invierno (sí, como ahora, como ahora), se vieron con ella por última vez.
Cuando sus hormonas y sus nervios se confabularon en su contra para hacer de su lengua era un trapo inoperante. Cuando ella era una sonrisa radiante, unos dedos removiendo los cabellos del rostro, unos ojos por donde la vida se iluminaba. Cuando sin saber la razón se despidieron. Ustedes, con tristes balbuceos; ella, con enigmáticas frases:
Me hubiera gustado conocerte.
Me hubiera gustado conocerte. Ustedes se lo tomaron literal. Pero he aquí que, muchos lustros después, levantan la mirada y las hojas arriba se separan, las nubes sobre ustedes se abren y dan paso a un rayo de sol que les fulmina. Al cerrar los ojos lastimados por la luz, al escapar de la luz, se iluminan. Y comprenden.
Me hubiera gustado conocerte.
Me hubiera gustado conocerte.
Me hubiera gustado conocerte.
conocerte = follar contigo
Me hubiera gustado follar contigo.
Un desgarrador y largo no se escapa de sus labios. Los pájaros huyen aterrorizados; los autobuses detienen abruptamente su marcha; autos y peatones se paralizan; los ladrones dejan la cartera casi obtenida; las abuelitas inmutables siguen cruzando las avenidas; los perros acompañan el aullido con el suyo propio; el cajero automático es dejado en el pavimento
Su momento iluminador llegó tarde, pero llegó. Después de todo, ustedes nunca fueron ni tan feos ni tan torpes; quizá hasta tenían cierto encanto. Pero por enésima vez en la vida, hubiesen preferido que al menos una cosa en este país, esta certeza, hubiese llegado a tiempo.
Je.
JE.
Escrito por Pável, 11:58 PM
3 de Diciembre 2003
Retorno a lo elemental
La vida todavía está en las calles, afuera. Esto no es un refugio seguro.
Ahora no te queda más que mostrarte herida y enseñar los dientes; endurecer la mirada, sentir la hostilidad de todo. Éste es el precio por exponerte y dejarnos entrar; tus amigos no te arropamos para que soportases el medio; antes te arrojamos desnuda a la intemperie en el inicio de la nevada.
Retorno a lo elemental: Sentir miedo, frío, hambre, soledad. Quitarse el ropaje y enfrentar a la niebla con las propias armas. Porque es la hora de la niebla y de las madrugadas. No es que esto sea lo mejor: Es lo inevitable. A nosotros sólo nos queda sentarnos a presenciar este circo romano. Nada nos es concedido hacer, ninguna intervención funcionaría.
Sola. Los árboles como catedrales vacías.
Escrito por Nôd, 8:12 PM
2 de Diciembre 2003
Perseguido
No volverá a suceder. De esto tendría esperanzas si yo no me conociese un poco.
Que al pasar por la casa donde te quedabas; por la estación del metro donde nos citábamos; que al caer una hoja del árbol que yo miraba al escucharte, no me vendrán a la cabeza las imágenes de nuestros momentos.
Si no supiese lo que sé acerca del comportamiento humano, me quedaría el doloroso misterio de cómo es que se producen estas asociaciones; de cómo es que a veces escucho tu risa, siento tus manos, veo tu cuerpo en la ausencia física. Pero sé lo que sé.
Si yo no fuese tan racional no me explicaría los mecanismos de la nostalgia en términos de ecuaciones cognitivas. Me sentiría desconcertado al llegar el frío, sentir el viento y la noche; al oir esa balada triste que habla de otros tiempos y que me traen en ráfagas memorias de tus gestos, de tus silencios y tus desplantes. Pero soy racional y los explico.
Si yo no fuese tan cínico no sonreiría para enmascarar un vacío; no cantaría para recrearme en tus palabras ambiguas, no bailaría ridículamente en las callejuelas nocturnas rumbo a mi casa, cada vez que tu fantasma se hiciese presente. Pero soy.
Y lo único que me inquieta es que siendo cínico y racional; sabiendo lo que sé acerca de emociones, recuerdos, neurotransmisores y mecanismos de aprendizaje; sabiendo exactamente los pasos que tendría que dar para matar el recuerdo, aplastarlo y reducirlo hasta la insignificancia; lo único que me inquieta, repito, es por qué no doy esos pasos. Y entonces sí, cuando me doy cuenta de esta desidia, me paralizo en medio del parque y levanto la vista en busca de un signo; un rayo o un copo de nieve inmenso que me aplaste y termine de una vez por todas con esta disparatada comedia de la mente.
Escrito por Pável, 8:30 PM
1 de Diciembre 2003
De a diario
Aditamentos diarios:
Reloj de pulsera: 100 mil pesos (10 mil euros)
Aretes: 30 mil pesos (3 mil euros)
Collar: 40 mil pesos (4 mil euros)
Mascada: 3 mil pesos (300 euros)
Zapatos: 4 mil pesos (400 euros)
Bolso: 12 mil pesos (1 200 euros)
Total accesorios de Martha Sahagún, esposa del Presidente Fox: 189 mil pesos (18 mil 900 euros)
Menos mal que en México no tenemos monarquía. Que si no.
Escrito por Lic Osorio, 7:58 PM