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31 de Enero 2005
Mujeres: Se acabó la diversión
Los hombres contemporáneos vivimos confundidos y sojuzgados. Y entiéndase aquí "hombres" como "individuos pertenecientes al género masculino". En efecto, ¿cuántas veces hemos dudado en abrirle la puerta del auto, pagarle la cuenta, enviarle flores y demás caballerosidades a la fémina en turno? Uno duda, ¿qué pasa si ellas se ofenden, si estos actos de noble galanteo son tomados a mal, como un signo de nuestro "machismo recalcitrante"? Es duro vivir así.
Pero siempre que haya caballeros dispuestos a organizarse en defensa de nuestros intereses, el suicidio colectivo deja de ser una alternativa ante nuestra dolorosa posición.
Lorenzo de Firenze y su grupo de "hombres" supieron comprender y hartarse de esta terrible disyuntiva y ya tienen todo listo para la gran Marcha Masculina, a realizarse en esta ciudad capital el día 20 de marzo.
En su muy cuidadito sitio web exponen el motivo:
"Queremos contestarles a las feministas exacerbadas y a las mujeres quejosas que también nosotros los hombres tenemos mucho de qué quejarnos de ellas, ahora y a través de la historia. Cuando la mujer ha gobernado, también ha reinado la crueldad y el caos. Si el hombre ha tomado el poder político es precisamente para proteger al género humano del dominio político-militar femenino."
Sí, es la guerra. Pero en primera instancia, ¿qué vamos a lograr?
"Reunir a los hombres, a los hombres a secas, sin bandera sexual ni partidista, a hombres como tales para comenzar a hacer consciencia de género, de que somos una nación, un sindicato, una civilización a la vez antigua y renacida, y que no vamos a tolerar más ataques de las mujeres exacerbadas que, lejos de considerarnos su pareja, nos quieren apuntar con el dedo como sus enemigos y rivales a vencer, el enemigo en casa a desterrar de su casa y encerrar en las prisiones y en el terrorismo del movimiento feminista."
"¿Qué vamos a ganar con esto?
Ser escuchados, como las mujeres ahora gritan.
Ser comprendidos, como las mujeres lo exigen.
Ser atendidos, como se atiende la voz de las mujeres.
Tener nuestro Día Anual del Hombre .
Obtener nuestro Año Internacional del Hombre .
Organizar, como lo tienen las mujeres, el Hospital y la Clínica del Hombre .
Instituir el Día del Padre como día fijo, al igual que lo es el día Día de la Madre. Si este día tiene status sagrado, ¿por qué el concepto de igualdad de género no impone el día del padre como fecha inamovible?
Integrar, como muchas instituciones femeninas, órganos para la defensa legal, sexual, familiar, sindical y política del hombre, a través de asociaciones civiles, comisiones, fundaciones e institutos que protejan al hombre de sus jefas, empleadas, esposas, compañeras y mujeres de la calle."
No queda más que desearle suerte a estos valerosos héroes. Me gustaría poder acompañarles, pero ese día estaré encerrando a mi perra por si se le ocurre organizar algo en defensa de las mascotas.
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Visto también aquí.
Escrito por Pável, 5:31 PM
26 de Enero 2005
El primer pensamiento
Me quedé al pie de la escalera. Apareciste.
Pude haber meditado que la catedral de C, a unos treinta kilómetros de distancia, tardó seis siglos en ser construida. Que sus torres se elevan casi 160 metros por encima de la ciudad. Que los cadáveres de tres reyes-sabios famosos fueron transladados ahí desde Milán, después de haber pasado por Constantinopla y Saba. Que detrás de su altar mayor es donde se encuentra el relicario de dos metros de oro y plata macizos, conteniendo los cráneos de los tres personajes en sendas cajas forradas de terciopelo. Que cada uno de los huesos está envuelto en seda, dentro de lo que se considera el sarcófago más grande del mundo, de 350 kilogramos de peso.
Pude haber meditado esto porque era el tesoro que iba a presenciar a la mañana siguiente. Pero mi error fatal fue no estar ciego cuando apareciste.
Diste el primer paso hacia abajo. Ahí se derrumbó la catedral de C. Con tu mano izquierda recogiste los rizos que cubrían la mitad tu rostro. Ahí desapareció por completo la historia de la cristiandad. El cabello que cubría tu sonrisa. La sonrisa que pulverizó al imbécil que tenía planes. Y antes de decir algo, suspiraste.
En ese momento quiso haber en mi interior un pequeño congreso de todos mis otros yos, cínicos y desvergonzados, que giraban a mi alrededor dándome palmaditas burlonas en la frente al son de "A ver pendejín: ¿Qué estabas diciendo el otro día, eh?"
Cuando al fin pude articular una frase en mi interior, el primer pensamiento fue definitivo:
"Estoy jodido"
Apareciste. Y aún no habías dado el segundo paso.
Escrito por Pável, 5:39 PM
Se acabó la diversión
Ahora sí
Estimado Licenciado Gonzáles:
Un reciente paseíllo me llevó hasta tierras jalapeñas el pasado fin de semana. Revisando los periódicos locales me encontré con esto. Mire qué bonita postal le traigo desde Veracruz. El flamante nuevo gobernador de aquella entidad anuncia que ahora sí, los jarochos deberán guardar matracas, cornos, serpentinas, bombos, platillos y marimbas para ponerse a trabajar. Y es que ya sabemos que a la gente tropicosa le gusta la pachanga y como usted entenderá, todo el estado de Veracruz (y anexas sospecho) se la ha pasado todos estos años risa y risa, cante y cante, baile y baile. Pero esos tiempos se acabaron. Ahora sí van a ponerse seriecitos, empezando por el gobierno. Siempre es honroso y propio de temperamentos templados el sacrificar un poco de alegría y felicidad (que a raudales ha tenido uno de los estados más pobres de la República, supongo) con el fin de cumplir cabalmente con el deber ciudadano. Lástima por los jarochos, que con su anterior gober (priista también) parecía que la pasaban en fiesta interminable.
Cínicos.
Un abrazo
Licenciado Osorio
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El Oro y el Moro
Licenciado:
No puedo menos que sentir pesadumbre ante una nueva (en el fondo es muy vieja) muestra del poco sentido que el lenguaje y el mensaje toma en la clase política mexicana. Como usted bien describe, pareciera que Fidel Herera llegó para acabar con el jolgorio jarocho, o al menos creo que eso quiso decir. "Ahora sí, a trabajar...", "ahora si, vamos a avanzar..."; estas frases más que etéreas me recuerdan las que se leen en cualquier diario, de la ralea que éste sea: "es tiempo de acabar con la corrupción...", "es hora de dar educación a los más necesitados...", "ahora es cuando debemos trabajar unidos...", "es tiempo combatir el narcotráfico..." ¿Qué, antes no era tiempo? ¿Antes todo esto no debió ser combatido? ¿Realmente han llegado para cambiar el status quo? No. Simplemente son un cliché, sin sustancia, las frases elaboradas por muchos de nuestros políticos. Verdades de perogrullo, sentencias que se evaporan apenas se pronuncian. Forma sin fondo.
Le comento que no pude contener una socarrona sonrisa cuando Fox espetó muy solemne "ya llegarán los mesías para ofrecer el oro y el moro...", porque pareciera que hablaba de él cuando fue candidato. Otra muestra de que los políticos creen que el mexicano promedio es estúpido. O quizás tengan razón por creerles.
Sin embargo, lo más curioso de todo esto es que hemos perdido la noción del mensaje,de la noticia de la información. Leía hace poco en un periódico que están documentadas las tropelías y trampuchetas de Martita y compañía... documentadas, leyó usted bien. Y esto que en cualquier país del tercer mundo sería suficiente para ocasionar un tsunami político, en México no enfría ni calienta.
Lo dicho, la pesadumbre se cierne sobre mis hombros.
Un abrazo
Licenciado Gonzáles
Escrito por Lic Osorio, 12:27 PM
21 de Enero 2005
Algo inocente e infantil
Alrededor de las cinco de la tarde del día siguiente , Jiang entró a internet. Se encontró con un contacto suyo que vivía al otro lado del mundo, al que conocía de unas semanas atrás y quien al parecer era un pintor famoso en su país de origen. Tenía un extraño nombre occidental que Jiang siempre olvidaba, por lo que de común acuerdo ella le llamaba Wenzhou. "¿Qué tal tu día?" preguntó ella sabiendo que para Wenzhou apenas era la noche del día anterior. "Hacía mucho tiempo que no me sentía tan imbécil" fue la respuesta de él. El pintor comenzó a contarle entonces acerca de las aburridas entrevistas que había dado y del estúpido chasco que se llevó en una reunión organizada en su honor. Lo más curioso de todo era que Wenzhou estaba enojado con él mismo, al parecer por haberse imaginado ingenuamente algunas situaciones inexistentes.
Jiangxi quiso contarle que su día anterior tampoco había sido bueno, pero debido a que su inglés era limitado se abstuvo de hacerlo. Lo único que acertó a decirle a su conocido fue que no se preocupase; que si había sufrido una decepción eso significaba que aún existía en él (a pesar de su edad) la capacidad para ser ingenuo. "Quizá es bueno que mantengas dentro de ti una parte inocente e infantil" tecleó Jiang, y apenas hacerlo y repasar sus propias palabras se dio cuenta de que era la mayor estupidez que le había dicho a alguien, y lo peor de todo, ella era la última en creerla.
Pero el pintor tomó aquella frase como la gran verdad de la vida. En ese momento la electricidad se cortó en alguna parte y la comunicación fue interrumpida.
Escrito por Nôd, 7:13 PM
12 de Enero 2005
Otra oportunidad perdida
Todavía Jiangxi quiso que su amigo la acompañase a mirar la puesta de sol en la playa cercana. Habitualmente Jiang iba a la playa y encontraba una enorme serenidad contemplando el atardecer. Pero hacía unas pocas semanas una gran tormenta había azotado la costa. Esto solía suceder cada verano. Cuando la tormenta era muy fuerte las casas a la orilla del mar quedaban prácticamente destruidas; era el caso de aquella temporada. Los dos adolescentes se sentaron juntos sobre la arena, pero mientras el chico parecía embelesarse mirando las embarcaciones que descargaban sus mercancías en el muelle, Jiang miraba hacia su derecha, hacia las ruinas de las casas. En esta ocasión Jiang volvía a encontrarse con una situación absurda: Le parecía inútil el afán de los propietarios por reedificar sus casas. Con toda seguridad dentro de uno o dos años volverían a ser destruidas hasta sus cimientos.
Cerró los ojos e imaginó que una ola gigantesca les arrastraba a ella y a su amigo, que todo sucedía tan rápido que ni siquiera tenía tiempo para asimilar el dolor. Imaginó incluso sus piernas flotando en alta mar, su cuerpo fragmentado, perdido en el océano, tal vez devorado por los peces.
Sacudió su cabeza y eliminó esos pensamientos. Entonces se dio cuenta que su compañero tenía los ojos cerrados. Pensó en tocarle el hombro y mirarle. Lo hizo.
El muchacho abrió los ojos sorprendido por el gesto de su amiga. Ambos se miraron a los ojos unos segundos. Para Jiang aquello fue una eternidad. ¿Qué esperaba su amigo? Entonces la imagen de la ola volvió a su cabeza y una extraña angustia la asaltó; pensó que debía recibir un beso en aquel instante, antes de que el mar los tragase. Y quiso la casualidad que en el segundo inmediato a su pensamiento, una gran ola rugiese acercándose rápidamente a ellos. Lo que siguió a continuación fue un poco extraño. El chico se levantó de un salto y quedó inmóvil frente al mar. Después reaccionó, pero no como Jiang hubiese querido; su amigo retrocedió unos pasos y únicamente acertó a decir ¡Vamos!
Jiangxi sonrió y recordó los axiomas que regían la vida de Wenzhou: Nada tiene remedio; la comunicación es imposible
(¿Por qué no me tomas de la mano?)
La ola ya estaba sobre ellos.
Escrito por Pável, 1:47 PM
4 de Enero 2005
Una invitación aceptada
Gabriel Velázquez Suárez tenía la satisfacción que siente el pícaro cuando una frase ingeniosa llega en su auxilio en el momento oportuno. Ahora había invitado a la joven periodista a la reunión que unos amigos suyos habían organizado, y conducía hacía una exclusiva zona de la ciudad. "No tiene por qué quedarse todo el tiempo; en el momento que usted desee puedo llevarla a su casa" le había dicho el pintor a la joven. Pero en aquella frase realmente se encontraba una descarada invitación a pasar la noche con él. "Quizá en el transcurso de la velada descubra usted algunas cosas interesantes de su entrevistado para complementar su artículo" había agregado Gabriel refiriéndose a sí mismo en tercera persona. La invitación a la reunión fue aceptada con una leve sonrisa por parte de la periodista y tácitamente (pensó Gabriel) la invitación a la cama también había sido aceptada.
(Y no es que todas las mujeres quisieran ir a la cama con Gabriel ni mucho menos. Físicamente era poco agraciado y para su edad se había descuidado bastante. Pero llevaba largo tiempo estudiando el lenguaje de las mujeres y sabía cuándo los gestos de una inequívocamente significaban una aceptación de sus insinuaciones. Además él sabía que la fealdad física era fácilmente aplastada por el peso de un nombre, de una reputación, de una fama sólida y creciente como la suya, que aunque tarde había llegado. Bajo esta perspectiva, ningún artista podía ser feo o poco atractivo. "El aura del artista aún funciona" se dijo el pintor regocijado al tiempo que estacionaba el auto.)
Escrito por Pável, 5:31 PM
1 de Enero 2005
Demasiada importancia
"¿De qué está construida esa misteriosa distancia entre un hombre y una mujer?" se preguntaba Jiangxi mientras escudriñaba cada detalle del rubor de su amigo. Y es que segundos antes ella le había preguntado a cuántas chicas había besado en su vida. Al chico se le habían subido los colores al rostro; era obvio que no sabía qué responder y finalmente obvia fue también su respuesta: No sabía, no las había contado. Jiangxi se preguntaba porqué su amigo le daba demasiada importancia a la respuesta, como si de ella dependiese el futuro de su amistad. Porque era evidente que el chico sentía una fuerte atracción hacia ella pero aún no se atrevía a nada. Y la pregunta de Jiang ("¿A cuántas chicas has besado en tu vida?") no era para responderse sino que se trataba de una invitación; irónicamente una invitación a besarla. ¿Por qué los hombres tímidos como él le daban demasiada importancia a actos tan pequeños e intrascendentes como un beso? Sí, ese era el problema: La intrascendencia era disfrazada de un acotencimiento severo y este pesado ropaje acrecentaba la distancia específica entre sus labios. ¿Acaso él no se daba cuenta de que para la historia del mundo un simple beso desaparecería con una facilidad pasmosa? ¿Que no sería nada para la historia del cielo y del océano? Jiang suspiró y miró hacia la cordillera. La vida de las montañas, del bosque y del lago, inclusive la vida de las rocas tenía importancia. La suya y la de su amigo podrían parecerles magníficas, estar llenas de acontecimientos placenteros; pero serían cruelmente borradas por el viento del este. El hombre cree demasiado en sus recuerdos, desea escribir su historia con hilos dorados y sólo pulveriza su presente. La naturaleza se ríe.
Escrito por Pável, 2:58 PM