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31 de Agosto 2004

R.E.M. en México

R.E.M.

El sábado 4 de diciembre la banda norteamericana R.E.M. se presentará por primera vez en la ciudad de México, después de más de 20 años de carrera. Sin duda, un acontecimiento largamente esperado para los seguidores mexicanos de la agrupación.

Desde sus inicios en la universitaria ciudad de Athens, Georgia el grupo ha sido identificado como una de las voces críticas de Estados Unidos. Gracias a ello, a su calidad musical y a su postura totalmente exenta de vedetismos R.E.M. puede preciarse de ser una de las bandas más respetadas en la historia de la música.
Inspiración y modelo para muchos grupos (tales como Radiohead) los norteamericanos vendrán a presentar su nuevo disco Around the Sun convertidos ya en una leyenda. A pesar de haber dejado atrás su época de mayor popularidad en los Estados Unidos, ha sido principalmente en Europa donde sus fans se han multiplicado, tal como lo reflejó la exitosa gira que el año pasado llevaron a cabo en dicho continente.

El sonido R.E.M. es fácilmente distintivo: Riffs de guitarra sumamente melódicos y directos; texturas extrañas y melancólicas, pero sobre todo, letras crípticas y profundas han forjado la base de sus creaciones. Un fan convencido podría decir que R.E.M. no ha hecho discos sino obras maestras; ninguno de sus 14 títulos originales ha defraudado en cuanto a calidad. Una de sus grabaciones, Automatic For the People, es considerada por la crítica especializada como uno de los mejores discos de todos los tiempos (curiosamente una de las canciones de dicho álbum, Ignoreland, es una furiosa consigna en contra de las políticas de George Bush… padre).

Around the Sun saldrá a la venta en México a partir del 4 de octubre, al igual que los boletos para el concierto que se llevará a cabo en el Palacio de los Deportes.

Discografía, videografía y mayor información en la página del grupo.

Escrito por Pável, 6:31 PM

30 de Agosto 2004

Noche tonta en edificio inteligente

Zzzzz

Esta zona de la ciudad está muerta de madrugada, a diferencia de otras donde el tráfico nunca se detiene. A mi izquierda los monitores se siguen llenando de números, de columnas interminables de cifras. Son las tres de la mañana en el décimo piso y sólo quedan los guardias de seguridad. Como un sonámbulo en los pasillos enumero las cosas que no necesito tocar; ninguna puerta, ningún botón, ninguna ventana, ningún control, ninguna llave. ¿Qué escudriñan los monitores, las cámaras? ¿Cómo interpretan mi sonrisa misteriosa? ¿Como hastío? ¿Sabrán los infrarrojos que sonrío porque recuerdo?

Ayer estabas acostada en el sofá de la sala. Tenías los ojos cerrados y a diferencia de otras veces yo no podía tocarte. Escuchabas la música que tenía puesta. Siempre te pongo música; tengo la leve esperanza de que en otra circunstancia vuelvas a reunirte con esas melodías. Te pongo la música de forma tan incidental, tan aparentemente descuidada, porque no quiero que me recuerdes. Sólo quiero que algún día, si te encuentras con esta canción, algo dentro de ti se mueva sin que sepas de qué se trata. Pero no tengo pruebas de esta efectividad subliminal. Hoy me basta con verte, pero he aquí mi mejor definición de melancolía: Antes podía tocarte.

Salgo de la habitación y las luces se apagan.

Escrito por Pável, 12:31 PM

23 de Agosto 2004

Soy un romántico, capítulo 384

arg

(Lugar: Algún restaurante de la Condesa
Fecha: Algún sábado por la noche.)

Ella dice, entre sollozos: Todo lo que necesito ahora es un beso
Yo digo: Eso es... suena, digamos ilógico...
Ella dice: No uso lógica para saber lo que necesito. Y en estos momentos todo lo que necesito es un beso. Con eso me sentiré mejor.
Yo digo: ¿Sentirte mejor? ¿Un beso? ¿Realmente no estarás necesitando otra cosa? ¿Sabes en verdad lo que necesitas?
Ella dice: Ah, esto es típico. ahora me saldrás con tus argumentos de psicólogo.
Yo pienso: “Me han atrapado. Tengo una fracción de segundo para retomar el control”

Yo digo: Pero no, cariñito. Te juro que no. Es más, ya olvidé todo lo que vi en la universidad. Te lo digo desde otro punto de vista. Quizá no necesites un beso.

(Llamo al mesero.)

Ella dice: ¿Qué haces? ¿Vas a pagar la cuenta y HUIR?
Yo digo: Nada de eso, sólo quiero ilustrar mi punto. Quizá no necesites un beso, sino algo muy diferente.
Ella dice: Pero no necesito un beso del mesero, necesito un beso TUYO.

(Llega el mesero.)

Yo digo (al mesero): ¿Sería tan amable de traerme un pizarrón?
El mesero dice (un poco desconcertado): Disculpe señor, únicamente tenemos el de la entrada y no lo podemos mover de ahí.
Yo digo: Hay uno pequeño en la cocina. Lo vi al ir al baño. Tráigalo, no me llevará más de 5 minutos.

(El mesero se va y regresa con el pizarrón.)

Yo digo (al mesero): No habrás olvidado algo para escribir en él, ¿verdad?

(El mesero se va refunfuñando y regresa con un gis.)

Ella dice: ¿Pero qué haces?

(Yo trazo rápidamente tres gráficos de líneas. Las pendientes son pronunciadas y las tres van en caída, de izquierda a derecha.)

Yo digo: Mira. Estas son las ventas de ... (digo el nombre de tres empresas) en la última década. Tuvieron un problema muy similar al que tú tienes ahora. Creyeron que el centro de sus respectivos negocios era la manufactura de productos, no de satisfactores. Nunca entendieron que nosotros no necesitamos productos. Necesitamos satisfacciones. Nadie necesita un auto, un teléfono móvil, un libro. Necesitamos transportarnos, comunicarnos, conocer. Esta confusión es muy común, es llamada miopía del marketing. Si me apuras, estos mismos objetos (el auto, el móvil, el libro) pueden satisfacer otro tipo de necesitades también (estatus, por ejemplo), pero no son necesarios por sí mismos. Estos productos pueden ser reemplazados si nuevos productos satisfacen las mismas necesidades de manera más eficiente. A lo que voy: ¿Es el beso lo que necesitas? ¿No necesitarás más bien compañía, comprensión, alguien que saque la basura por las noches? ¿Qué necesitas realmente? ¿Lo sabes?

Ella dice (casi estupefacta): ¿Y si te digo que necesito amor?
Yo digo (imperturbable): Eso es algo que no parece estar en el menú de hoy. No es algo que parezca tangible; al menos no como este Château Lafite-Rothschild. El precio por copa es insultante. Tal vez estemos en el restaurante equivocado. Y personalmente el amor que podía dar se me terminó en 1980. Bebé. Y el amor en este planeta se terminó en 1914, septiembre aproximadamente. O en la batalla de Verdún.

Ella se levanta, furiosa (prueba de que no me quería tanto): ¡Me das lástima!

(Se marcha)

(Súbitamente, un ventarrón abre las ventanas del restaurante. Volando entra un enorme cuervo negro. Busca mi hombro, se posa y grazna, majestuoso, con las alas abiertas. Impávido, sólo me queda meditar que actualmente se requieren técnicas más sofisticadas para alejar a las mujeres. Mis reflexiones únicamente son interrumpidas por el mesero quien se acerca para recordarme que no son permitidas las mascotas en el lugar. Pago de mala gana y cruzando la puerta mascullo un "¡Ah, Cállate!" al cuervo que amenazaba con graznar de nuevo en mi oído.)

Escrito por Pável, 12:59 PM

20 de Agosto 2004

Invasiones (2)

cuca


"Los consumidores son como cucarachas, las rocías (de publicidad) una y otra vez hasta que con el tiempo se vuelven inmunes."
-Alto ejecutivo de agencia de publicidad, citado por Yumiko Ono en The Wall Street Journal, 30 de mayo de 1997, en el artículo "Marketers Seek the Naked Truth in the Consumer Psyches."

"No puedo decidir si la publicidad actual se está volviendo más creativa o simplemente más desesperada."
- De una carta enviada a la revista Adbuster, en el número de julio-agosto 2004

¿Será cierto? ¿Los mensajes comerciales y publicitarios llegan a “saturar” de tal manera nuestro cerebro que llega un momento en el cual simplemente nos “acostumbramos”? Pero en este caso, ¿qué sería exactamente “acostumbrarse”?

Es sabido que nuestra capacidad para procesar información es bastante limitada, aunque la capacidad para almacenar la información relevante quizá no lo sea tanto. Pero, ¿cómo seleccionamos lo que es relevante y lo que no? Tal vez esta explicación no sea tan simple como el comportamiento que tenemos con nuestros correos electrónicos: Hemos aprendido a reconocer el “correo basura” y simplemente lo seleccionamos y eliminamos (aunque esto siga constituyendo una molestia por el tiempo que nos quita). Probablemente nuestro cerebro de manera automática mande al olvido la información irrelevante que diariamente recibe, o la recicle en forma de sueños u otros estados de conciencia. La paradoja es la siguiente: ¿Vale la pena la apabullante inversión en publicidad para intentar ocupar un pequeño espacio en nuestra mente?

La saturación del espacio (de todo tipo de espacio) por parte de las empresas para posicionar sus marcas proviene de la filosofía según la cual la presencia de la marca no puede descuidarse en ningún momento. Es curioso que la teoría mercadológica aún conciba a las marcas con un ciclo vital y que al mismo tiempo apueste por una especie de inmortalidad de las mismas, o a su prolongación indefinida en el tiempo.

Parte de mi trabajo consiste en evaluar el nivel de “efectividad” de las campañas publicitarias. Más que “efectividad” yo llamaría a lo que mido realmente “recordación”. Y desde el primer momento los datos fueron sorprendentes para mí. Hablando de México, el nivel de recordación correcta para las campañas publicitarias en término medio es de alrededor del 10%. ¿Qué significa “recordación correcta”? Tomemos como ejemplo un comercial de televisión. Lo descomponemos en la parte visual y la parte sonora. Cada una de esas partes se fragmenta a su vez en sus elementos. Por ejemplo, la parte visual serían las conductas que aparecen en el comercial, el lugar en donde ocurre, la hora del día, los protagonistas, cómo están vestidos, etc. La parte auditiva del mensaje sería por supuesto lo que se dice en el comercial, en caso de que se diga algo, o los mensajes escritos. Así pues para medir la recordación primero se le pregunta a las personas si se acuerdan del comercial. En caso positivo se le pide al entrevistado que nos diga absolutamente todo lo que recuerda del mensaje. Por supuesto, entre todo lo que recuerda hay cosas falsas y cosas correctas. A eso se refiere precisamente el porcentaje dado anteriormente: Rara vez se recuerda más del 10% de elementos correctos.

Pero hay más. Aunque yo recuerde el comercial y algunas situaciones de manera correcta, en la mayoría de los casos ¡ni siquiera asocio dicho comercial a la marca correcta! Únicamente campañas excepcionales en nuestro país logran posicionarse en nuestra memoria a largo plazo, obtienen esa tan anhelada “presencia”. Y aunque lo logren, aún es dudoso (y difícil) medir si dicha presencia en nuestro cerebro realmente influye en nuestro comportamiento de consumo. Lo más probable es que el comportamiento final de compra se encuentre más determinado por la mezcla de elementos sociales alrededor del producto, tales como la influencias de personas importantes, etc. Esta hipótesis podría encontrar apoyo estadístico con ciertos análisis de varianza que NO estoy dispuesto a realizar a estas horas de la madrugada ; )

Por supuesto esto no significa que las campañas publicitarias no sirvan para nada. Más bien parece ser que existe cierta torpeza para optimizar recursos en el difícil arte de encontrar un huequito en nuestro cerebro. Esto me lleva directamente a lo que iba: es bien sabido que gran parte de nuestros correos basura no nos son relevantes y no lo son precisamente porque son enviados a tontas y a locas. El ejemplo más típico es el clásico correo de alargamiento de pene que indiscriminadamente llega a hombres y mujeres por igual. ¿Sería mejor o deseable un medio ambiente donde únicamente nos llegue información “relevante” (relevante claro está, para cada individuo)?

Independientemente si sea mejor o deseable, hacia allí se dirigen las tendencias en publicidad. Se trata de ir aún más allá del “mensaje personalizado”. Nuestro comportamiento cotidiano es monitoreado y almacenado en enormes bases de datos con las cuales se realizan sofisticados análisis estadísticos que permiten “predecir” cierto tipo de conducta. Estamos en pañales aún, pero llegará el día en el cual las herramientas (léase software) serán tan precisas que nuestros correos basura comenzarán a interesarnos, y los abriremos antes de eliminarnos. Pero hay otras cositas; lo reporta Adbusters en su número más reciente (julio-agosto 2004):

Imagínate caminando por la calle cuando de repente escuchas en el interior de tu cabeza (o como si llevaras audífonos) el sonido de una lata de refresco abriéndose. Miras a tu alrededor para encontrar de dónde proviene el sonido y te sorprendes de que no haya nadie cerca de ti destapando una lata. Más curioso es que si caminas en cierta dirección el sonido se pierde, pero si te mantienes en la misma vuelves a escucharlo. Hasta que descubres que el sonido proviene de una máquina de refrescos en la esquina, pero nadie más que tú (o los que llevan exactamente la misma dirección) parece escuchar la “propaganda”.
Es el "hipersonido", un reciente invento de American Technology Corporation, y la escena sucede actualmente en las calles de Tokio.

¿Aterrador? ¿Invasivo? Agreguemos un poco de optimismo ácido al asunto: Me gusta pensar que en este aspecto sí somos como las cucarachas. A todas estas tendencias y otras más sorprendentes el cerebro humano se acostumbrará y sobrepondrá, y entonces ya veremos a los “genios” de la publicidad buscando nuevos caminos para ganar espacios.


“Los mercadólogos son los nuevos psiquiatras de nuestra cultura. Actualmente los consumidores viven en un estado mental emergente… la evolución hacia este estado significa que el mundo físico ha dejado de ser el ambiente humano primario; en estos días la gente vive, procesa y responde principalmente a estímulos intangibles tales como ideas, información o signos digitales” (En Research World, Enero del 2004, por Sandrine Monnier )

Escrito por Pável, 2:02 AM

16 de Agosto 2004

Invasiones (1)

Yo no sé cómo los seres humanos la pasan tan mal hoy en día, si cada mañana, con sólo tener una cuenta de correo electrónico, pueden encontrarse con maravillosas soluciones para (casi) todo.

Bromas para comenzar bien el día:
Aileen Morales joke inside Mon 08/16 3KB

Tips para estudiar Gastronomía en la Argentina :
Adela Hull Estudie Gastronomia en la Argentina Sun 08/15 13KB

Soluciones para atraer al sexo opuesto (¿opuesto a qué?); la guía más avanzada para obtener mujeres:
Francine H. Langley Attract the opposite sex, the ultimate guide for getting women. Sun 08/15 2KB

Algún consejo de la popular (?) Dra. Miranda Roth:
Dr. Miranda Roth New Student ID # 84544 Sun 08/15 2KB

La señorita Ana Bernal informando que mi media naranja me anda buscando (¡y yo escondiéndome de ella!)
Ana Bernal tu media naranja te busca!!. Tue 08/10 3KB

Por si me gustan maduritas:
Classy B. Funniest Reply: Mature Lady ready to cheat Sat 08/14 4KB

Por si se me seca el cerebro; consejos para hacer tormenta de ideas:
Shawn Horner Re: brainstorm Dotcors Answers to FAQ - Vicqdin Sat 08/14 2KB

Para arreglar mi casita (aunque no para mejorar mi inglés):
Nelson Dolan Make the most of yor home Sun 08/15 2KB

Y, para colmo, consejos para ganar dinero haciendo spam (correo basura)
Demian Pimentel EMAIL MARKETING es la Herramienta para Incrementar Ventas xkqa

.....................................
Con relación a este tema, vea también aquí.

(Éste y el artículo de mañana, por invitación amable de Srita. Caramelo)

Escrito por Pável, 12:01 PM

11 de Agosto 2004

Vuelos diferidos (5)

antiguo ayuntamiento, orizaba.jpg

"...some of us will always stay behind,
down space it's always 1982
the joke we always knew..."
D. Bowie

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De ciudad de México a Córdoba, Argentina

Varias veces lloré mientras estaba al teléfono contigo. Sin explicación. Sé que no era tristeza, ni felicidad. Algo incomprensible se apoderaba de mí cuando te escuchaba hablar de tu ciudad y de tu vida. Algo incomprensible también me mantuvo aquí. Quisiera saber qué es. Nunca lo lograré. Nada sirve de consuelo, pero quiero decirte: Descubrí que huías de la muerte y en esos días, yo también estaba muriendo.

Sé que algún tiempo esperaste estas palabras, y espero que a estas alturas ya no lo hagas más. No nos quedará más que dormir lejos uno del otro.
Si pudiera estaría abrazándote en este momento. Si pudiera, renunciaría a mis manos y al lenguaje; el mayor daño sólo puede venir de nuestra manera de comunicarnos. Estamos perdidos.

Una vez me contaste que tu ciudad se estaba desquiciando. Era la vida.

Estoy caminando en una ciudad que se hunde, en medio de ojos y manos vacías. Es verano y la lluvia me congela.

, no olvides mantener tus manos tibias.

Cuántas veces me pregunto lo que haces.

Siempre será 2002.

A veces lloro cuando me acuerdo de ti. Sin explicación. Sé que debes llorar si es que me recuerdas. No hay explicación. La muerte no la tiene. Yo espero no haber sido importante. Tú aquí fuiste todo, Valeria.

Escrito por Pável, 3:41 AM

Vuelos diferidos (4): El libro de la vida

Canal en Orizaba

De Ciudad de México a Viena, Austria.
Cuando Vanessa viajó a Francfort yo me encontraba en Orizaba con Jennie. Jennie me llevó al canal que cruzaba por el centro de la ciudad y me señaló un sitio donde solían matar reses. A ella le tocó todavía presenciarlo. En una ocasión cargaba su cámara y presenció la sangre cubriendo el agua. No le impresionó tanto el inusual color del río como el espectáculo de las aves disputándose la carne que desechaban del matadero. Ella aprendía español en aquel entonces, y me dijo que nunca lograba memorizar el nombre de aquellas aves de plumaje negro; que únicamente recordaba la primera letra y la recordaba porque era curiosamente la última del alfabeto. En ese momento yo saqué mi cámara y fotografié el lugar: Las casas junto al canal, atrás la cúpula blanca de algún templo y al fondo las montañas cubiertas de bruma. Jennie señaló una marca roja y una marca azul en los muros de las casas. La marca roja fue pintada por las autoridades municipales y servía de referencia en época de lluvias. Si el agua del cauce llegaba hasta la línea la gente debía desalojar sus viviendas por seguridad. Pero los habitantes habían señalado su propio límite (la marca azul) unos dos metros por encima de la marca oficial. Entendí que ambas marcas eran caracteres y que los muros de las casas eran páginas del libro de la vida. Imaginé que esos signos no eran escritos por seres humanos sino por manifestaciones cíclicas de la naturaleza. Casi de manera inmediata otro signo del libro se hizo evidente: En la mano derecha de Jennie A. se dibujaba una gruesa cicatriz que la atravesaba de forma horizontal, como si una línea de la muerte impidiera la lectura de la línea de la vida. Le pregunté cómo se había hecho la herida y me llevó al sitio donde se produjo el incidente. Llegamos a las puertas del asilo de ancianos. Se trataba de una casa enorme rodeada de amplios y cuidados jardines, cercada con púas. Alguna vez intentó brincar esa cerca junto con un amigo; en el intento uno de los metales le abrió la mano. Asustado ante la sangre, el chico que le acompañaba corrió por ayuda. Fascinada, Jennie fotografiaba su propia herida, la vida que goteaba de ella.

Unas semanas después, durante ese mismo verano, las aguas del Danubio se salieron de control ante las inusuales lluvias, aterrorizando a los turistas de Viena e incomodando levemente a sus habitantes. La parte más occidental de Europa, mientras tanto, sufrió una de las peores canículas de su historia. Yo miraba los titulares en las calles del Centro Histórico, y Vanessa me lo reportaba desde Austria. Me imaginé el fin de todo; el “fin”, así, abstracto, sin mayor referente. Al mismo tiempo, de este lado del mundo, yo volvía a desbaratar sentimientos a base de enfrentamientos con la muerte; desbordaba los ríos secretos de la soledad y seguía leyendo, sin entender, el libro de la vida.

Escrito por Pável, 1:50 AM

7 de Agosto 2004

Lavamatic ULTRA

lava, lava

En estos días tienes "la impresión de haberlo estropeado todo". Ay amiga. Como sabes, nunca ha sido mi intención andar por el mundo repartiendo consejos; suelo mirar muy mal a quienes lo hacen (les miro de reojo y alzando una ceja). Aún así hoy me dieron ganas de dejarte esta nota antes de que abordes el vuelo, y te pido encarecidamente que no tomes estas líneas como una perorata didáctica. Simplemente son un puñado de reflexiones que bien puedes leer mientras las señoritas sobrecargos explican qué hacer en casos de emergencia (creo que un avión cayendo envuelto en llamas es lo que yo podría llamar, una emergencia).

Decía. Es importante priorizar satisfacciones. Probablemente estés enfocando tu atención a asuntos demasiado "importantes", abstractos o difusos. Las pequeñas necesidades van primero. Encontrar antes una buena lavandería, por ejemplo. Si de por sí es bastante dramático escucharte decir “tengo la impresión de haberlo estropeado todo”, ahora imagina que con esta frase te recibe la despachadora de la lavandería al momento de entregarte la ropa.

Si en estos tiempos hay pocas cosas confiables, imagina la satisfacción tan grande, la paz espiritual tan profunda que te proporciona saber que tu ropa estará limpia, a tiempo y con los mismos colores con que la viste por última vez. Eso sin mencionar que siempre es grato encontrarla del mismo tamaño. O con el detalle encantador (muy pocas veces hallado) de caminar abrazando la ropa recién lavada y descubrir un agradable aroma producto de un suavizante hasta el momento desconocido para ti.

Ahora que te vas a otras tierras me pregunto ¿estarás dejando una lavadora en casa? A veces me asalta el deseo de comprar una después de años de soltero, y luego de conocer múltiples lavanderías en mi derrotero. Pero me he resistido. ¿Será mi impulso gregario, la sensación de inminente partida que cargo a cuestas desde que tengo memoria? Quizá. Quizá el día que me decida algo muy dentro de mí habrá cambiado, y la industria de las lavadoras sonreirá satisfecha por haber logrado participar en el cambio emocional de alguien más. Puede que el día que yo tenga mi propia lavadora signifique que soy una persona más confiable. Recuerdo que a una amiga la intentó ligar un tipo mientras esperaba su ropa en la lavandería. “Qué descaro” me platicaba, “¿cómo se atreve a intentar algo conmigo si ni siquiera tiene una lavadora en su casa?”

Sabia mujer.

Las listas de la lavandería también pueden indicar el grado de neurosis de un individuo, como bien lo hacía notar Woody Allen en alguna de sus historias. Por ejemplo si la primera vez llevo a lavar lo siguiente:

-6 pares de calcetines
-7 camisas
-5 pañuelos
-7 playeras
-Un suéter

querrá decir que el equilibrio emocional se encuentra en un punto aceptable. Pero si la lista es:

-1 Camisa
-537 pañuelos
-3 calcetines
-154 manteles

entonces puede que mi estabilidad psíquica sea equivalente a la del presidente de Corea del Norte. Y no quiero dar semejante espectáculo con mis neurosis.

Espero de todo corazón que, ahora que vuelves a pasar una temporada lejos, encuentres pronto estas pequeñas satisfacciones que, por nimias, son las más importantes.

Ahora, hazle caso a las sobrecargos, volarás sobre el Atlántico y nunca sabemos cuándo un tiburón puede atravesarse en nuestras vidas.

Ps. Probablemente los primeros días te dé por lavar tú misma la ropa a mano. Bendita satisfacción. Cuando recién regresé a esta ciudad, en una azotea del Centro Histórico a las seis de la mañana, con los campanarios de la Catedral a mis espaldas y los majestuosos volcanes frente a mí, dándole la bienvenida al nuevo día, descubrí las cualidades del cloro.

Escrito por Pável, 3:48 AM

2 de Agosto 2004

Vuelos diferidos (3)

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De Ciudad de México a Mérida, Yucatán
"De veras lo intenté. Te llamé por teléfono desde el aeropuerto, para avisarte que el vuelo se retrasaba, que no fueses por mí, que no me esperases, que llegaría muy tarde. Pero tu teléfono estuvo ocupado todo el tiempo. Una, dos horas intentando localizarte, hablando cada quince minutos. ¿Cómo iba a saber que la visita papal iba a desquiciarlo todo? --Lamentamos informarle que debido a la visita del Papa los horarios de nuestra compañía sufrirán un ligero ajuste (¡tonto!)--. Soldados. Policías. Perros. Buscando drogas. Bombas. Y aún así el tráfico ilegal de sudamericanos seguía en su apogeo.

Y tu teléfono. Ocupado. Estoy seguro que estabas en internet. Las nuevas tecnologías habían logrado su objetivo: Aislarme, cortar la comunicación..."

Escrito por Pável, 8:02 AM

1 de Agosto 2004

Vuelos diferidos (2)

SS115BR.JPG

De Ciudad de México a Châlon, Francia.
"Sería tan bonito que te pasearas conmigo por aquí... me gustan mucho los días soleados con nieve... extraño mucho México y las personas que ahí tengo, pero me consuelo recordando que esto es temporal, así lo he hecho cada vez que estoy fuera... je je, y cuando estoy en México me la paso buscando el medio de salir..."
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De Ciudad de México a Caracas, Venezuela.
"Ven a Venezuela. Si vienes, no me iré de aquí".
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De Mérida, Yucatán a Xiamen, China.
"Yo estaba en 2 año de preparatoria, era el verano del 93 y tenía que decidir a qué especialidad de bachillerato entrar. Mi dilema era escoger entre matemáticas y ciencias sociales. Estaba en apuros porque ambas me atraían enormemente y en ese momento asumía que la decisión definiría no sólo la universidad, sino mis futuros empleos y por ende, mi vida entera. Me gustaba el reto intelectual que suponían los cálculos y los números. Aunque no veía en qué podía trabajar con un bachillerato en matemáticas, me imaginaba enfrascado durante días en una fórmula algebraica, en una metáfora ecuacional, deleitándome con lo que podría hacer mi cerebrito tratando de resolverlos.
Por otra parte las ciencia sociales me parecían mucho más pragmáticas en cuanto a la situación del empleo, y además tenían ciertas cosas de postre: el idioma francés, historia, ética, sociología. Sonaba bien y a mucha lectura. Finalmente, ¿cómo fue que decidí? Fue por Karin. Karin, mi mejor amiga, se fue a matemáticas. Y pensé: “Bueno, Karin me puede platicar acerca de esos placeres intelectuales; inclusive podría vislumbrarnos en su rostro y en su mirada cuando me hablara de ellos…” Sí, que Karin se encargara de las matemáticas y que me pasara el chisme. Yo optaría finalmente por el desmadre: bachillerato en ciencias sociales. Uno de los años más divertidos de mi vida.

Tiempo después, los que se fueron a matemáticas acabaron metidos en esto de la programación, con muy buenos dividendos. Me pregunto: ¿Y si no hubiese conocido a Karin? ¿Tendría yo un empleo diferente, una vida diferente? ¿Yo estaría en China en lugar de ella, y ella comiendo los tacos de Insurgentes y Eje 3?"
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Escrito por Pável, 4:30 AM