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7 de Agosto 2004
Lavamatic ULTRA
En estos días tienes "la impresión de haberlo estropeado todo". Ay amiga. Como sabes, nunca ha sido mi intención andar por el mundo repartiendo consejos; suelo mirar muy mal a quienes lo hacen (les miro de reojo y alzando una ceja). Aún así hoy me dieron ganas de dejarte esta nota antes de que abordes el vuelo, y te pido encarecidamente que no tomes estas líneas como una perorata didáctica. Simplemente son un puñado de reflexiones que bien puedes leer mientras las señoritas sobrecargos explican qué hacer en casos de emergencia (creo que un avión cayendo envuelto en llamas es lo que yo podría llamar, una emergencia).
Decía. Es importante priorizar satisfacciones. Probablemente estés enfocando tu atención a asuntos demasiado "importantes", abstractos o difusos. Las pequeñas necesidades van primero. Encontrar antes una buena lavandería, por ejemplo. Si de por sí es bastante dramático escucharte decir tengo la impresión de haberlo estropeado todo, ahora imagina que con esta frase te recibe la despachadora de la lavandería al momento de entregarte la ropa.
Si en estos tiempos hay pocas cosas confiables, imagina la satisfacción tan grande, la paz espiritual tan profunda que te proporciona saber que tu ropa estará limpia, a tiempo y con los mismos colores con que la viste por última vez. Eso sin mencionar que siempre es grato encontrarla del mismo tamaño. O con el detalle encantador (muy pocas veces hallado) de caminar abrazando la ropa recién lavada y descubrir un agradable aroma producto de un suavizante hasta el momento desconocido para ti.
Ahora que te vas a otras tierras me pregunto ¿estarás dejando una lavadora en casa? A veces me asalta el deseo de comprar una después de años de soltero, y luego de conocer múltiples lavanderías en mi derrotero. Pero me he resistido. ¿Será mi impulso gregario, la sensación de inminente partida que cargo a cuestas desde que tengo memoria? Quizá. Quizá el día que me decida algo muy dentro de mí habrá cambiado, y la industria de las lavadoras sonreirá satisfecha por haber logrado participar en el cambio emocional de alguien más. Puede que el día que yo tenga mi propia lavadora signifique que soy una persona más confiable. Recuerdo que a una amiga la intentó ligar un tipo mientras esperaba su ropa en la lavandería. Qué descaro me platicaba, ¿cómo se atreve a intentar algo conmigo si ni siquiera tiene una lavadora en su casa?
Sabia mujer.
Las listas de la lavandería también pueden indicar el grado de neurosis de un individuo, como bien lo hacía notar Woody Allen en alguna de sus historias. Por ejemplo si la primera vez llevo a lavar lo siguiente:
-6 pares de calcetines
-7 camisas
-5 pañuelos
-7 playeras
-Un suéter
querrá decir que el equilibrio emocional se encuentra en un punto aceptable. Pero si la lista es:
-1 Camisa
-537 pañuelos
-3 calcetines
-154 manteles
entonces puede que mi estabilidad psíquica sea equivalente a la del presidente de Corea del Norte. Y no quiero dar semejante espectáculo con mis neurosis.
Espero de todo corazón que, ahora que vuelves a pasar una temporada lejos, encuentres pronto estas pequeñas satisfacciones que, por nimias, son las más importantes.
Ahora, hazle caso a las sobrecargos, volarás sobre el Atlántico y nunca sabemos cuándo un tiburón puede atravesarse en nuestras vidas.
Ps. Probablemente los primeros días te dé por lavar tú misma la ropa a mano. Bendita satisfacción. Cuando recién regresé a esta ciudad, en una azotea del Centro Histórico a las seis de la mañana, con los campanarios de la Catedral a mis espaldas y los majestuosos volcanes frente a mí, dándole la bienvenida al nuevo día, descubrí las cualidades del cloro.
Publicado por Pável 7 de Agosto 2004 a las 03:48 AM