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29 de Octubre 2004

2

Correo Mayor

Mi madre me tomó de la mano y me alejó del lugar. Yo tendría unos cuatro o cinco años y la noche anterior había soñado que los perros peleaban. La portera tenía tres o cuatro perros pequeños: Oso, Barril, Negro, Yara. A mi hermano y a mí nos gustaba observar a los perros pelearse. Oso siempre les ganaba a todos. En mi sueño así sucedía hasta que súbitamente los perros se paralizaron. Una persona vestida de negro entró y preguntó por Roberto, el hombre que vivía en la habitación de la azotea. Los perros comenzaron a ladrarle al desconocido, pero sus aullidos tenían un tono diferente, como de temor. En el sueño, la portera le decía al hombre que no vivía ningún Roberto en el edificio. Quise decirle que sí existía un Roberto, pero tuve miedo y mis labios no se abrieron. Desperté.

A mi hermano y a mí nos gustaba subir a la azotea a jugar mientras nuestra madre lavaba la ropa. Corríamos mucho y a veces, a escondidas de nuestra madre nos asomábamos a la calle desde el barandal. Eran unos cinco pisos. En ocasiones me vencía el terror, a veces la fascinación; nunca tardaba más de un minuto mirando hacia abajo. Ese día en la azotea pasó junto a nosotros Roberto, con una botella en la mano. Mi madre nos llamó para bajar; había terminado. Mi hermano y yo nos fuimos hasta abajo para mirar a los perros. Pero al llegar al patio, en lugar de los gruñidos habituales de la pelea escuchamos gritos en la calle. Mi hermano y yo salimos corriendo, donde yacía Roberto.

Mi madre me tomó de la mano y me alejó del lugar.

Cuentan que dijo algo antes de quedarse quieto.

Escrito por Nôd, 7:45 PM

1

Nuclear

Fue inútil y sin embargo.
Era medianoche y recogí del piso las últimas palabras que escuché de ti. Abrí las ventanas para meditar mirando las construcciones, intuyendo los pasos de los gatos y las sirenas de las patrullas. Me derrumbé en el sofá pensando en tus fotografías mentales, en la sustancia del recuerdo. Tomé el teléfono y ensayé un número, para colgar de inmediato mientras cerraba los ojos. O tú o el tiempo o la lluvia o las calles. Amanece en ti pero afuera de mi ventana sigue siendo medianoche. Esa noche que atravesé numerosas veces para ir a visitarte. Tu cansancio, tus ojos, tu risa premeditada.

Una decisión compulsiva y el número estuvo completamente marcado. Uno, dos tonos y una voz al otro lado. Y sucedió. La noche se iluminó y después no hubo más.

Simplemente sucedió.

Escrito por Pável, 5:40 PM

26 de Octubre 2004

Un manuscrito

Sacrificio

Caroline llegó a la ciudad de México en busca de un manuscrito del siglo XVII. Ella pulula por todas las bibliotecas y archivos públicos y privados de este adefesio de ciudad. En uno de sus traslados llega a los archivos de la Basílica de Guadalupe, donde encuentra la ficha bibliográfica del documento que busca, referido a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Colección Antigua n° 13, 1. Pero en la mencionada biblioteca, a pesar de lo solícitos y amables que parecen todos el documento no aparece. Habla directamente con el director de la institución y le dicen que seguirán buscando y que si tienen noticias le llamarán por teléfono o le enviarán un correo electrónico. Alguien le “sugiere” que el manuscrito tal vez se encuentre en Europa.

Basado en estos hechos reales, se me ocurre una historia retorcida llena de conspiraciones, sectas, simbolismos, personajes siniestros, vueltas de tuerca y jugos gástricos. Como las historias baratas que están de moda, pues:

1. En concreto, el documento en referencia se encuentra “desaparecido” porque contiene, entre otras linduras, quién y cómo ordenó la creación de la tilma de Juan Diego, así como detalles de su confección. Sobra decir que a ninguna autoridad eclesiástica le conviene que la información aparezca. Un honesto grupo de historiadores quiere dar con él a toda costa para hacerlo público y estudiarlo. Otro grupo lo busca para destruirlo.

2. Pero además resulta que la Corte Penal Internacional está a punto de aprobar una resolución según la cual los países en desarrollo indemnizarían a sus antiguas colonias por el saqueo que llevaron a cabo en ellas hace cinco siglos. El documento que busca Caroline formaría parte de una de las irrefutables pruebas a favor de la resolución, ya que narra de manera detallada (fechas y nombres incluidos) cómo salieron de las colonias 16 millones de monedas de plata desde el puerto de Veracruz y 185 mil kilos de oro que arribaron al puerto de Sevilla entre 1503 y 1660. Un grupo comisionado por la Corte busca el documento para estudiarlo y hacerlo público. Otro grupo lo busca para destruirlo.

3. Pero por otra parte los "Anales de Juan Miguel" son fervosoramente buscados por los integrantes de dos sociedades secretas antagónicas, con siglos de existencia. Los integrantes de estas sociedades están esparcidos por todo el mundo y basan sus creencias y rituales en la supuesta conexión que había entre las culturas antiguas. Caroline no lo sabe, pero su tutor de tesis es un dirigente de una de estas sociedades (conocida en Alemania como Die toten Hosen) y la ha enviado a localizar el documento.

4. Die toten Hosen necesita el manuscrito original para recibir un "mensaje". Se acerca un ciclo de renovación dentro de sus creencias y "esperan" "instrucciones". El futuro de la sociedad depende de las palabras de su fundador (el tal Juan Miguel), plasmadas en el documento. En la biblioteca de la Universidad de Granz existe una copia incompleta del texto, con el siguiente comentario en el folio 2:

An der Nordsee

Das ist der (…) von St. Peter
Der Sand ist graubraun.
Der Himmel und das (…) sind rot
Und endlos weit.
Man kann studenlang weinen;
Der Strand ist nie zu Ende.

Zwei Häuser: die Dächer dunkelrot, die Wände weiß.

Por supuesto lo que salta a la vista es la ausencia de un par de sustantivos, así como el misterioso uso del verbo weinen y la mención de "dos casas". Ellos esperan que en el manuscrito original se encuentre la información restante. Su sociedad enemiga quiere llegar antes al documento para destruirlo, pues esto prácticamente disolvería a Die toten Hosen.

5. Así pues, tenemos al menos seis grupos siguiendo los pasos de Caroline: Un grupo fundamentalista religioso, un grupo de historiadores, un grupo de abogados internacionales, un grupo de sicarios y dos sociedades secretas. Casi para terminar, existe la posibilidad de que la misma Caroline sea un espía trabajando para alguno de los grupos en cuestión. O un espía doble.

6. Y para terminar, cabe también la posibilidad de que yo sea un espía trabajando para alguno de los grupos en cuestión. O un espía doble. O triple.

Agregue en cada uno de los puntos un poco de sexo, asesinatos gratuitos, nuevos e intrigantes personajes y hallazgos en cada capítulo y ya está.

Ahora me pregunto si haciendo un par de guiones con toda la anterior sarta de tonterías saldrían un par de películas o un par de best sellers. Pero tengo tanta flojera y hoy es martes. Así que señores directores, señores guionistas, usen las ideas si quieren. Yo no me molesto si hacen dinero con ellas; tengo una bicicleta nueva y eso es todo lo que necesito estos días para ser feliz.

:)

Escrito por Pável, 5:25 PM

18 de Octubre 2004

Incidente diplomático germano-yucateco en la cocina de mi casa

Teutones versus............ Yucas

... Y eran como las ocho de la noche y Luis le preguntó a Caroline si ya había comido. Caroline dijo que no. Entonces Luis la invitó a comer de lo que estaba preparando. Caroline dijo que no, gracias, y se preparó su propia comida. Espantado, me acerqué de puntitas al teléfono para hablar a la embajada yucateca, desfacer el entuerto y dejarlo todo como un malentendido cultural.

Antecedentes para comprender este episodio:

1. Caroline es vegetariana, y por supuesto esto implica que lleva una dieta muy particular,

PERO

2. Luis preparaba una ensalada, Y

3. A Luis le encanta cocinar, Y

4. Rechazar una invitación a comer en un hogar mexicano puede ser un asunto delicado, Y

5. Más delicado si se trata de un yucateco quien cocina, dado el orgullo y tradición del yucateco respecto a su propia y afamada comida. Luis es yucateco.

Los mexicanos somos muy dados a estar pendientes del bienestar de nuestras visitas. A pesar de la precaria situación económica que existe en la mayoría de nuestros hogares, una familia mexicana siempre ofrecerá un bocado a su visitante. Por la razón anterior, rechazar un platillo (al menos en México) en un hogar al cual se está visitando puede ser un asunto poco diplomático. Mi tía me recibe invariablemente con un "Échate un taquito, mijito" cada vez que la visito, y ay de mí si no lo acepto.
Y es que particularmente nuestra cultura gira alrededor de la familia, los amigos y la comida. A esta especial hospitalidad parecen responder muy bien otros latinos (en general todo tipo de latinoamericanos, amén de españoles, franceses, italianos) e inclusive los gringos. Pero sospecho que la hospitalidad latina puede resultar abrumadora, incluso incómoda para otros temperamentos: léase visitantes nórdicos, germanos y venusinos.

Finalmente, más que el espanto me ganó un risita que tuve que ir a desahogar a mi habitación. Más que nada porque la embajada yucateca no trabaja los domingos. Du hast immer hummor...

Escrito por Pável, 4:25 PM

14 de Octubre 2004

Análisis del sospechosismo en México

Cartón del Fisgón para La Jornada


Estimado Lic. Russell Gonzáles:

“Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y la privacía de las mismas. Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la Ley o del titular del Ministerio Público de la autoridad federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada.”

Artículo 16, párrafo octavo, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Qué bonito se lee. Qué clarito está ¿verdad? Pero, ¿por qué se ríe?

Sí, a veces uno se encuentra párrafos como el mencionado urgando por ahí en nuestra sacrosanta Constitución. Ahora que por tricentésimo quincuagésimo novena ocasión funcionarios públicos son víctimas de espionaje telefónico, a uno que es curioso le da por recordar esta ley y otras bagatelas.

Nuestro flamante Secretario de Gobernación, otrora modelo en cuanto a la pulcra utilización del lenguaje, en un acto de mexicanísimo chispoteo nos regala la palabra que parece describir a la perfección esta nueva temporada de la Comedia Política Nacional: El Sospechosismo (¡Uy!). Una pifia lingüística y ahora ya todo mundo tiene al Secretario de su puerquito: Sospechosismo por acá, sospechosismo por acullá. Dado que la sospecha es la acción y efecto de sospechar, veamos lo que nos dice la Real Academia acerca de dicho verbo:

"Sospechar (Del latín suspectare) 1. tr. Aprehender o imaginar una cosa por conjeturas fundadas en apariencias o visos de verdad. 2. itr. Desconfiar, dudar, recelar de una persona."

Aquí subrayo "conjeturas fundadas en apariencias o visos de verdad". Eah pues, quizá el genio involuntario del señor Santiago Creel nos haya otorgado un nuevo término para "aprehender o imaginar una cosa" pero no fundamentadas en visos de verdad, sino en visos de mentira, incertidumbre, pajaritos en alambres, declaracionitis, miradas feas, desayunos con el Jefe Diego y demás. Algo relacionado con la teoría del complot del inefable Andrés Manuel. Así, el sospechosismo sería una especie de sospecha de baja ralea, donde aplica aquello de "no confíes en nadie" y menos si se apellida Ahumada o Bejarano. ¿Que si soltaron a la Trevi? Sospechosista. ¿Que si agarraron a Ponce en el estado de Morelos para mantenerlo fuera del Distrito Federal? Muy sospechosista. ¿Que si un alto funcionario de Pemex se suicida arrojándose de la torre donde laboraba? Sospechosista, sospechosista, sospechosista.

Y hoy que al ciudadano común no le queda más que sospechosear, al único que veo riendo es a cierto señor tabasqueño que no, no despacha en el Zócalo. No sé porqué tengo la impresión que más temprano que tarde esa sonrisa se le va a borrar, cuando sus gallos se le salgan del corral.

Un abrazo,

Lic Osorio

Escrito por Lic Osorio, 12:25 PM

13 de Octubre 2004

Caroline conoce el Centro Histérico de la Ciudad de México

foto tomada de Radio Nederland

Caroline me acompañó el domingo a la Feria del Libro en el Zócalo. Gente por aquí. Gente por acá. Este un momento importante: Parece que Caro va a decir algo (Caro sólo dice lo estrictamente necesario):

-¿Cuánto tiempo estará la Feria?
-Toda la semana, Caro.
-¿Crees que entre semana haya MENOS GENTE?

Me parte el corazón.

-Se pone PEOR, Caro.

Escrito por Pável, 3:09 AM

12 de Octubre 2004

Cuando dejemos de odiar a Bush

Tuve oportunidad de encontrarme con Male unos minutos en su visita a la ciudad de México. Alcanzó a comentarme que tuvo un debate en Mérida con algunos amigos, a propósito de Fahrenheit 9/11, la película de Michael Moore.
Esta anécdota y la lectura de un artículo me llevan a las presentes reflexiones.

El artículo se titula Fahrenheit 9/11. La película, es firmado por Martha Bátiz Z. y viene en el más reciente número de la prestigiosa revista mexicana Metapolítica. Dicho artículo me ha sorprendido por su desafortunado contenido y lo tomo como ejemplo porque a mi juicio ilustra muy bien el otro lado de la moneda en esta historia de antipatías: La fácil e irreflexiva complacencia actual con todo lo que sea “anti-bush”.

Pero me gustaría comenzar con un par de aclaraciones:

Primero: La mayoría de nosotros estamos de acuerdo en esto: No nos simpatiza George W. Bush, y no nos gustaría que ganase las elecciones de noviembre en los Estados Unidos.

Segundo: Han aparecido algunos artículos criticando y desacreditando el trabajo fílmico más reciente de Moore. Es común caer en el error de minimizar los “ataques” a todas aquellas personas que nos simpatizan. Más común es creer que los “ataques” son hacia la persona y no hacia sus opiniones. En el caso de los críticos de Moore (Hitchens, el más destacado), éstos han sido a su vez descalificados dadas sus filiaciones ideológicas. En todo caso, antes de la descalificación a la persona, cabe escuchar (o leer) lo que dice. Tanto Moore como Hitchens pueden ser personas bastante desagrables, o ambos bastante simpáticos, pero eso es independiente de sus afirmaciones y métodos, que pueden ser correctos o incorrectos y susceptibles a crítica.

Una vez aclarados estos puntos procedo a partir del artículo de Metapolítica:

El texto de la señora Bátiz expresa un agradecimiento a Moore por lo siguiente:

“Gracias, porque con este documental se ponen en evidencia, con una bravura y un desenfado fuera de serie, los vínculos entre los Bush y los Bin Ladens que Moore ya había denunciado en su libro Dude, Where Is My Country?.”

¿Evidenciar los “vínculos” entre los Bush y los Bin Laden? Cualquier persona medianamente informada conoce de sobra la historia Afganistán-USA-CIA-Bin Laden. Esta “aportación” de Moore realmente no es novedosa en lo absoluto.

“Gracias, porque demuestra que la guerra de Irak fue sólo una fachada para hacer un jugoso negocio.”

Nuevamente: ¿Pero esto no era más que evidente desde un principio?

“Gracias, porque expone imágenes que él mismo recibió o consiguió y que de otra forma no habríamos visto.”

Tal vez Moore nos haya enseñado cosas que de otra manera no pudiésemos haber visto (aunque muy probablemente nos hubiésemos imaginado). Pero, ¿cómo son usadas estas imágenes? ¿Son evidencia absoluta e irrefutable de algo? ¿Cuál es el objetivo de que nosotros veamos dichas imágenes (niños mutilados, madres llorando por sus hijos muertos)? ¿Acaso no son objetivos muy similares a aquéllos que criticamos en los noticieros "sensacionalistas"?

“Gracias, porque después de ver esta película nadie puede seguir creyendo en nada de lo que George W. Bush, o su padre, o sus allegados políticos, digan.”

¿Pero es que alguna vez se le ha creído algo a Bush? ¿Y se puede creer entonces a otros políticos por el simple hecho de no ser George W. Bush? ¿Le voy a creer a Kerry entonces?

El párrafo que más sorpresa me ha causado:

“Fahrenheit 9/11 es una película larga, que muestra la reacción de George W. Bush cuando, en medio de un grupo de niños de primaria, le avisan que las Torres Gemelas de Nueva York acaban de ser atacadas con aviones. Cuentan que una imagen dice más que mil palabras: su mirada vacía, atónita, de absoluta imbecilidad, desnudándose a través de sus simiescos ojos, es impresionante. Su pasividad, aterradora.”

La señora Bátiz (al igual que Moore) logran desnudar el "alma" del presidente norteamericano mediante la “mirada vacía, atónita”. ¿”Pasividad aterradora”? Bueno, el señor ha demostrado para mal de todos que no es nada “pasivo”. Tal vez se deseaba que en aquel preciso instante, a la centésima de segundo de recibir la noticia del ataque a las torres el presidente de los Estados Unidos saltara como impulsado por un resorte y diera órdenes a mansalva, sin detenerse a meditar la situación. Escenario que, por supuesto, también hubiese sido criticado y evidenciado como prueba de la “absoluta imbecilidad” de Bush.
En los epítetos está el error. ¿”Simiescos ojos”? El ataque a las acciones de un ser humano deviene en ataque al ser humano per se y se desvirtúa, tal como se sigue demostrando en el siguiente párrafo:

“En manos de este hombre irresponsable —que de excelente fuente sé que cada fin de semana se iba a emborrachar a Matamoros cuando su padre era Gobernador de Texas, que no fue capaz de tener éxito en ningún negocio propio, y que no es más que un “hijito de papi”— han estado las vidas de miles de personas que han muerto en una guerra sin sentido ni razón.”

¿Bush hijo es un borracho? Parece que Sir Winston Churchill también lo era. Dicen que Hitler era una persona bastante decente en su trato personal, y persona modelo en su relación de pareja. ¿Y?

¿Si Bush no fuese “hijito de papi” sería una mejor persona? También hay un error en afirmar que “las vidas de miles de personas” han estado en sus manos. A pesar de que en su calidad de presidente de Estados Unidos él toma la decisión final sobre muchas cuestiones cruciales, no podemos fincarle “toda” la responsabilidad sin caer en los simplismos. Y la “guerra sin sentido ni razón” no es tal: Tiene razones, no es un acto de locos. Mucha gente se beneficia, criminalmente, con ella.

Hay otra afirmación grave, siguiendo con el texto de la señora:

“Fahrenheit 9/11 no es propaganda política ni un panfleto lacrimógeno: es un espejo en el que los estadounidenses podrán ver reflejado lo que han hecho desde que permitieron que Bush usurpara las elecciones del 2000”.

El subrayado es mío. En esta parte del artículo la culpa y responsabilidad se transfiere a los ciudadanos estadounidenses por haber “permitido” que Bush llegara dudosamente al poder. Siguiendo esa “lógica” hasta el extremo para evidenciar lo ridículo, entonces yo me preguntaría qué tan responsables somos los demás ciudadanos del mundo por “permitir” que los norteamericanos sean tan tontos y estén tan desinformados.

“Esta es una película cuya intención es incendiaria, ciertamente: quemar la reputación de Bush y su familia, de todo su equipo, y abrir los ojos hacia aquella parte oculta de la historia.”

Éste es el meollo del asunto: Parece que la cinta de Moore no busca despertar una reflexión inteligente, para que su espectador al final saque sus propias conclusiones. Busca desacreditar directamente a una persona o grupo de personas; busca influir en el comportamiento de los individuos evocando reacciones viscerales y no cerebrales, no profundamente razonadas. Irónicamente, casi el mismo método usado por la administración Bush para buscar apoyo ciudadano a su guerra: La emoción antes que la razón.

Los dos peores momentos de Fahrenheit 9/11 a mi juicio lo son por burdos: La escena donde el director nos muestra a niños jugando en la calles de Bagdad, volando papalotes; tomas de ancianos tomando café, sonriendo y platicando apaciblemente, para hacer un corte inmediato a misiles despedazando la ciudad por la noche. Es decir, parece que todo era felicidad en Iraq antes de que los malditos gringos viniesen a echarlo todo a perder.
Y otra: Moore afirma textualmente que nunca antes ningún iraquí había matado o atentado contra la vida de ningún estadounidense. Seguramente ante esta afirmación tan categórica como evidentemente falsa, más de uno se habrá sentido ofendido en su inteligencia (yo no me ofendí porque carezco de ella, gracias a los dioses).

“Esta película se merece los aplausos que recibe al final. Y sí, si se puede criticar entonces hay que decir que no es objetiva. Pero su objetividad no es la meta. La meta es quemar a Bush como a un Judas en día de fiesta mexicana. Y si lo logra, yo me voy a tomar un tequila a la salud de Michael Moore.”

Ninguna opinión puede tener como meta la objetividad, y la debilidad de una opinión no puede establecerse a partir de su falta de objetividad. La “subjetividad” de Moore no es susceptible de crítica porque no podemos escapar de ella cuando damos nuestra versión de los hechos. Pero lo que sí es criticable es que Michael Moore utilice deliberadamente los métodos que tanto critica; métodos que él bien sabe no llevan más que a mantener una visión maniquea de asuntos tan complejos.

Resumiendo: El objetivo de la película de Michael Moore, expresado claramente por él mismo, es hacer una aportación directa para impedir la reelección de George W. Bush. La pregunta que se plantea es el clásico dilema ético: ¿El fin justifica los medios? Porque me parece que los “medios” usados por Moore no fueron los más apropiados. Pudo haber sido más honesto.

Sé que el sentimiento anti-estadounidense que circula por el planeta no es gratuito ni mucho menos. Pero también estoy convencido que a cualquier nivel la batalla última es por hacer que la racionalidad prevalezca.

Escrito por Pável, 11:59 PM

9 de Octubre 2004

Eres una santa

Rhein

Tu comprensible silencio y discreción son admirables. ¿Qué pensarás de todo esto? Escuchaba a Luis enseñarte dónde tenemos los platos, los artículos de limpieza, la despensa. Yo pensaba que era demasiada información en tu primer día, que quizá querías descansar.

Tu presencia es tan suave y tranquila que a veces me admiro descubriendo una sonrisa tímida (creí que no lo hacías) o un bailecito chistoso cuando descubres que tu computadora funciona con nuestras instalaciones eléctricas.

Seguramente hay demasiado ruido; seguramente hay demasiado de todo. "Mucho" es la palabra que te trajiste respecto a esta ciudad, tú que vienes de otra tan bonita donde puedes meditar al lado del Rin o andando en bicicleta.

Die Pracht am Rhein, y las bicicletas que has dejado un momento cuando descubriste, espantada, la multitud de autos desde el avión, poco antes de aterrizar.

Escrito por Pável, 7:37 AM

8 de Octubre 2004

La Corporación

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¿Son las corporaciones el moderno Leviatán entre los anti-capitalistas? Al menos durante el último par de décadas los grandes grupos corporativos han sido el blanco favorito de los ataques de diversos grupos sociales. Las acusaciones que pesan sobre ellas son tan diversas como terribles: Prácticas desleales de competencia, antisindicalismo, explotación laboral y trabajo infantil, destrucción ambiental, apoyo a dictaduras militares, manipulación en resultados de investigaciones, financiamiento de guerras civiles y tráfico de armas, entre otras.

Si bien las críticas al poder corporativo alcanzaron popularidad con el No Logo de Naomi Klein (1) dicho libro se enfocaba más al lado publicitario y a la creación-invasión de las marcas en nuestras vidas. La película de los canadienses Mark Achbar y Jennifer Abbott titulada precisamente The Corporation, arroja una mayor luz acerca de la estructura, dinámicas e influencia de las empresas trasnacionales en la actualidad, equiparando su poder con el de la Iglesia o el Partido Comunista en otros tiempos.

La investigación realizada durante la filmación de la película fue usada para conformar el libro "The Corporation: The Pathological Pursuit of Profit and Power", redactado por Joel Bakan.

El film es un viaje que resultará interesante para todos aquellos no familiarizados con el activismo anti-empresarial. Tomando testimonios de espías, investigadores de mercado, CEO's (directores ejecutivos), intelectuales y activistas reconocidos, así como presentando historia y casos de manera didáctica, The Corporation es un ejercicio ampliamente recomendable que invita a la reflexión. No tan engañoso como Fahrenheit 9/11 de Moore, el punto débil de The Corporation está en su duración (más de dos horas) relacionada con la cantidad de información que contiene. Más apropiada para ver en casa (o mejor, en un aula escolar) en calma y por partes, que en una sala de cine. Uno de los grandes aciertos de la narración es el diagnóstico psiquiátrico; dado que al menos en Estados Unidos una corporación es una persona jurídica, esta hipotética persona cumple con los requisitos especificados por el DSM-IV (2) para ser catalogada como psicópata.

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Clic aquí para ir al sitio oficial.

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Notas:
(1) Al menos a nivel mundial, ya que la lucha contra poderosas empresas como Nike datan de mucho antes.
(2) Manual Diagnóstico y Estadístico de los Transtornos Mentales, cuarta edición

Escrito por Lic Osorio, 10:22 AM

7 de Octubre 2004

Correspondencia

Foto AP

Finísimo Lic Osorio:

Veía ayer cómo dos congresistas venezolanos intercambiaban no propuestas,
sino putazos, en pleno recinto legislativo caraqueño. Ayer también me avergoncé al mirar a nuestra inefable cámara (húngara) de diputados, siempre
dispuesta a deleitar al respetable al ofrecer excelsos espectáculos...circenses . También ví en días pasados cómo un legislador salvó su humanidad de ser aprehendida cuando sus propios guardaespaldas impidieron que elementos judiciales le echaran el guante, justo minutos antes de tomar posesión y convertirse en intocable por aquel sortilegio llamado desafuero. 5,4,3,2,1...medianoche, la ley te la pela.
Somos presos de la política...miramos sin participar, escuchamos sin hablar,
votamos sin importar... por ello en su reciente visita el Dalai Lama se la
pasó riendo, porque este país es una gracia.

Saludos

Lic Gonzáles

Escrito por Lic Osorio, 11:59 PM

4 de Octubre 2004

Nueva casa

Rafael González para Grupo Reforma

El sábado fui a recoger unos cuadros al Centro Histórico. Me dijeron que habían desalojado a los vendedores ambulantes de la calle de Correo Mayor, donde viví mi infancia. Mentira: Siguen ahí; ahí han estado desde la época de los aztecas y ahí seguirán.

Pasé por el edificio en donde viví. Hace un año se vendió. Mi antigua habitación ahora es un baño público. Al menos es útil.

Y este sábado era 2 de octubre (una fecha sensible en la urbe), pero ahora vistieron a las policías de civil, las hicieron formar vallas y no pasó nada trágico en las manifestaciones.

Este fin de semana también llegó el Dalai Lama. Sólo un puñado de sus seguidores está pendiente. Los demás habitantes no quieren saber nada de mensajes de paz entre hacinamientos, contaminación, subempleo y corruptelas. Quizá la discreción del Lama se agradezca; si vieras el desmadre que se arma cuando llega el Papa.

Esta madrugada un trailer chocó contra un puente en el Periférico Norte. Derribó un poste, una malla, provocó dos accidentes más y detuvo el tráfico, (el tráfico, ese simpático amiguito que ante la menor provocación se paraliza). No es un día especial; casi diario algún trailer ocasionará algún desmán. Lo usual, vamos.

El gobierno de la ciudad está pensando en cambiar los parquímetros. Si vieras que existe gente en la calle que tiene una curiosa llavecita universal para abrirlos. Lo hacen a vista y paciencia de todos. El mayor atraco a parquímetros se da en la Zona Rosa, a unos metros del cuartel general de la policía, en un área invadida de cámaras ocultas. Me los imagino abriendo los parquímetros y sonriendo ante las cámaras.

Sonriendo. Esta mañana había 10 grados centígrados y vine a la oficina. Cuando le pedí un atole a la señora de la esquina, me sirvió sonriendo, me extendió el vaso sonriendo, recibió mis monedas sonriendo y me deseó un buen día sonriendo. Siempre sonriendo.

Esta es tu nueva casa, por un tiempo.

Escrito por Pável, 1:36 PM