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30 de Diciembre 2006
Mérida. Ahí y ahí y ahí se da la sodomía le señalo a mi acompañante, asumiendo mi papel de guía de turistas. Y hasta donde recuerdo, la mayor parte de los parques de Mérida lleva el nombre de algún santo: San Juan, Santa Lucía, San Cristóbal, Santa Ana, San Jerónimo
Estamos otro par de horas aquí de nuevo, por accidente. En Santiago termina por vencerme la añoranza; se me escapa una sonrisa al mirar el cine.
Escrito por Pável, 2:38 AM
29 de Diciembre 2006
Cancún. Quizá se trate de una distorsión de las percepciones. Algún bicho me picó en la Huasteca y ahora cargo con una alteración de los sentidos que me hace imposible destruir la superposición de imágenes a donde quiera que vaya. En esta ocasión frente a mis ojos se mezclan el azul imposible, el imposible cielo y la tenaz blancura de la arena con los negocios de prostitución de menores, el paso de las lanchas con droga, los ejecutados. La decadencia cabe en muchas postales. Coño, se me acaba de ocurrir una campaña. Tomas postales convencionales de Tailandia, Cancún, Río de Janeiro u otro destino paradisíaco. En la parte posterior, en lugar de la habitual información turística (Cada año visitan 2 millones de turistas este fabuloso destino atraídos por el clima, las aguas cristalinas y la increíble arena) pones unas líneas sobre los principales espantos que ocurren en el lugar (Cada año son explotados aquí miles de niños sin que las autoridades parezcan percatarse)
Curioso. Me doy cuenta que al cerrar los ojos, sólo se mantiene lo lindo.
Los abro inmediatamente.
Escrito por Pável, 2:43 AM
25 de Diciembre 2006
Mérida. Es cierto, es día de asueto. Aún así, me quiero imaginar que en la mayor parte de las calles se mantiene esta calma. Una calma extraña, usualmente acentuada por el bochorno, que lo mismo embota el pensamiento que anestesia las urgencias.
No me hago demasiadas ilusiones tampoco. Recuerdo que poco antes de marcharme el centro ya estaba convulsionado por el ruido. Casi todos los días pasaba por la calle 65, la esquina de las Dos Caras. Era un desastre, una violencia auditiva atroz. Ahora me cuentan que el tráfico está cada vez peor. No me cuesta trabajo creerlo, siendo las avenidas tan angostas. No me gustaría presenciarlo. Por eso hoy me considero afortunado, al parecer he escogido bien el día. Inclusive el calor, para mi sorpresa, es mesurado. Esto me permite recorrer el Paseo de Montejo; y no necesariamente recordar, sino adornarlo con los pensamientos actuales. Hasta que me topo con la banca donde me veo sentado, siete años atrás, con el rostro adusto. La misma banca donde alguna vez se cagó sobre mi diario abierto un murciélago, rescatándome de alguna inútil y severa meditación.
Escrito por Pável, 1:23 AM