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15 de Noviembre 2001

El ángel que te aguarda

Sería realmente interesante hacer un desglose del porcentaje total de votos que obtuvo Cárdenas Jr. Para determinar:

- El porcentaje que tuvo sólo por apellidarse como se apellida;
- La cantidad de votos que le otorgaron sus genes (tiene los mismos gestos que su padre al hablar, a excepción de la sonrisota que debe provenir de un gen recesivo)
- La fracción de votos que obtuvo debido a que, en marketing, el PRI cada vez hace las cosas peor.

En fin, que sea como fuere, es un verdadero respiro para el PRD, que andaba un poco desposicionado en el mapa político nacional. Aunque, bien pensado, ese hipotético mapa es un desmadre ¿Dónde está la izquierda? ¿Dónde la derecha? ¡Un auténtico caso de dislexia política!

Pero por supuesto, las pasiones de este domingo estaban enfocadas a otros rumbos (por allí por Tlalpan para más detalle). Sobra decir que, en el interior del Azteca no estuve. ¿Quién podría conseguir boleto cuando se agotan a las doce horas de ponerse en venta? Y aún así entraron ¡8 mil personas de sobrecupo!

Sin embargo, sí pude merodear los alrededores del coloso por allí del medio tiempo, cuando la tensión aún se mezclaba con el smog atmosférico.

Una hora después estaba en la apoteosis del Ángel (espero que salgan las fotos). Algo que siempre me ha llamado la atención es la cantidad de niños siempre presentes en los festejos, llevados por sus futboleros progenitores. Muchísimos de ellos, de menos de un año de edad. Entonces no puedo dejar de preguntarme ¿por qué nos gusta tanto el fut? Académicamente hablando, podemos cucharearnos una respuesta: que si el modelamiento, que si el aprendizaje social, que si...

Pero aún así supongo que no podemos explicar racionalmente las emociones que no podemos evitar sentir cuando Cuauhtémoc y Palencia ejecutan una doble pared en el área, o cuando Claudio Suárez rebana el balón metiendo en apuros al Conejo. Los vemos y los seguimos, aunque digamos que no los volvemos a ver o no los volvemos a seguir (a excepción de algunos desnaturalizados como Jorge Carlos, pero esas ya son otras patologías).

Una pirámide humana, formada enteramente por niños de la calle, se levanta frente al Ángel. La hinchada levanta en vilo a un pequeño de unos cinco años, que no sabe exactamente lo que sucede; logran encaramarlo a la cúspide. Acto seguido le alcanzan una bandera dos veces más grande que él. El niño apenas puede sostenerla, pero cuando logra ondearla dos veces, la multitud estalla en vítores. Después siguen las porras para cada nuevo héroe nacional (cada integrante de la selección). Después, las solicitudes desaforadas para que Javier Aguirre ocupe el cargo de Jefe del Ejecutivo Nacional. Las improvisadas plataformas de Televisa y TV Azteca, una a lado de otra, se ven invadidas apenas el público es consciente de que sale en televisión. Los camarógrafos azuzan a los fanáticos, para aumentar la bulla, si es que aumentarse puede. Aparece bailando un tipo enmascarado de Osama, y la gente le pide que se suba a las tarimas; sube otro con máscara de Bush, se abrazan mientras estiran sus camisetas de la selección, conseguidas con los ambulantes. Sube uno enmascarado como Fox; los aplausos ya no son tan copiosos. El acabose se da cuando sube Salinas y abraza a Fox; la gente ríe primero, pero un proyectil tirado casi sin malicia surca el aire. Es un envase de aerosol. Los aplausos cesan; Osama, Bus, Fox y Salinas parecen no darse cuenta del cambio de actitud en el público. Hasta que a alguien se le escapa de lo más hondo: ¡Chingue su madre Fox!

Los camarógrafos y reporteros, que hasta ese momento se daban vuelo registrando el espectáculo, tardan en reaccionar. “¡Chingue su madre Fox!” es ya entonado por cientos de gargantas, entre iracundas y eufóricas, y los proyectiles se multiplican en número y en furia; Osama, Bus y Salinas, alcanzan a tirarse de la plataforma; no así Fox, quien intenta desesperado quitarse la máscara para traer a la gente de nuevo a la realidad; fracasa; intenta protegerse con sus manos, pero finalmente sucumbe. Aparecen los granaderos, que, de lejitos, dieron un tiempo prudente a los hinchas para desahogarse.


El fútbol y sus pasiones son lo suficientemente bárbaros como para haber constituido la delicia de los más preclaros y sensatos filósofos: Camus es el ejemplo más notable.


Un abrazo desde la única ciudad donde los helicópteros que reportan el tráfico tienen problemas de tráfico (Guillermo Sheridan dixit).

Escrito por Pável, 3:08 AM

1 de Noviembre 2001

Bridges May Be Targets

Ahora que el pájaro no puede cantar debido a que el pico le fue separado rabiosamente de su cabeza, es cuando tomo la pluma y ensayo un discurso baladí. Miasmas y escorbuto fueron el pasaporte de Simeón a la otra tierra. El profeta Zoth fue embadurnado con aceite de cangrejo. Los pícaros ostentan su peinado jamaiquino desde las gradas, despeñando laterías; algo ladra en mi cerebro. Muslos, coños y escrotos saludan al tranvía ominoso de la noche, una noche noctífaga que se recrea en morder su propia y siniestra cola. Adentro de mí la ciudad duerme. El quebranto de la mariposa termina con la ruptura del ojo y del mundo, de la imagen y del cerebro, de la expectativa y de la nada. La mayor parte del tiempo necesitaba derrochar esta mundana electricidad golpeteando el bajo vientre del abismo. Borrar, desaparecer. Ahora la ciudad se agita: ya no volveré a verla.


Escrito por Nôd, 3:18 AM