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23 de Marzo 2001
Rictus Babilónycus
Acostarse (¿acostarse?) a las cinco de la mañana tras el encuentro brutal que ha dejado a mi pequeño cerebro hecho añicos. Levantarse (¿levantarse?) a las cinco treinta y cinco para tomar un baño, preparar café y un par de huevos fritos sobre la parrilla eléctrica, jueves y ocho pesos en el bolsillo, más tres boletos del metro más barato del mundo. Escuchar (que no ver) la versión de la realidad de televisa, lavarse los dientes y escuchar, escuchar, escuchar...escuchar hacia adentro. Cada voz me remite a la tuya, a una fecha incolora y esperpéntica, a una mera representación del fantasma coloquial que llamo recuerdo. Antes, estas calles eran una noticia lejana; ahora son nota roja local.
Un incendio. Humo. Humo divisa el helicóptero desde su perspectiva. Sigo con el cepillo en la boca y con mis ojos buscando rastros tuyos sobre mi rostro, sobre el espejo. Sobre el Eje Central me parece escuchar. Yo vivo sobre el Eje Central, pero la avenida es enorme, parte a Babilonia y la divide en dos tal como has dividido mis entrañas cada vez que he pasado la noche contigo. Por mera curiosidad me acerco a la pantalla del televisor y echo un vistazo. Entonces una alegría de niño malsano me lleva a abrir las ventanas de mi habitación para ver pasar a los carros de bomberos y la parafernalia acompañante. El incendio es en la esquina, los satélites no sólo me miran (como habitualmente lo hacen con cada uno de nosotros) sino que ahora determinan y posicionan el cuadrante exacto donde me ubico, el punto geográfico donde siguen hirviendo mis pensamientos aún después de haberse alejado de tu fuego. Soy una relevancia fugaz gracias a un cortocuito que me pone dos minutos en las noticias. A pesar de que cinco horas más tarde habrán matado a dos personas a escasos metros de mí, es este vaivén matinal el que me fascina por hacerme contemporáneo. La sombra del helicóptero pasa sobre mi cabeza. Sólo humo, nada preocupante. Si tan sólo allá afuera hubiera más llamas, tantas como las que ahora llevo dentro...
Escrito por Pável, 1:16 PM