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15 de Agosto 2005
...Jung nació en 1875 en una pequeña comunidad suiza. Su padre era pastor protestante, y de pastores protestantes estaba llena también la familia de su madre. Paso su infancia entre iglesias y presbiterios. Su vida cotidiana transcurrió sin muchos sobresaltos, a excepción de una época de dificultad económica que llevó a su padre a solicitar una beca para que pudiese continuar sus estudios universitarios. Se graduó en medicina en Balisea y se especializó en psiquiatría con una tesis sobre fenómenos ocultos.
En contraste con su apacible cotidianeidad, su vida interior siempre estuvo llena de curiosas anécdotas simbólicas; de imágenes, fantasías y visiones que le asaltaban con frecuencia durante la vigilia y que le provocaban a la vez noches de insomnio empleadas en intensas meditaciones.
Algunos ejemplos:
-En el primer sueño que recuerda, entre los dos y tres años de edad, un enorme falo le aterraba mientras escuchaba a su madre gritar: ¡Es el antropófago! Resulta que por un juego de palabras, por una mala comprensión en un rezo que le fue enseñado, él creía que Jesús era un antropófago. Qué bonito es el idioma alemán.
-Siendo un niño asustadizo y angustiado, un buen día talló en su regla de madera una especie de viejecillo, lo pintó de negro y lo ocultó en el ático de su casa. Cuando se sentía frágil o con necesidad de confortarse, visitaba su obra y se sentía poderoso. He de confesar que yo le saco punta a mis lápices con un cuchillo de carnicero; sentado en un rincón a medianoche y a la luz de las velas, pero lo de Jung ya comenzaba a oler raro.
-Al inicio de su adolescencia un compañero de clases lo empujó; Jung cayó golpeándose la cabeza. El golpe no fue tan grave, pero él fingió que sí; se quedó tirado por un largo tiempo en el piso. Luego utilizó el incidente como pretexto para faltar durante meses a clases. Comenzó a fingir desmayos. Más tarde los desmayos fueron reales. Hasta que escuchó involuntariamente a su padre preocuparse demasiado por él. Se sugestionó, los desmayos cesaron y regresó a sus actividades normales.
-Cierta temporada después del incidente anterior, se le metió a la cabeza que él llevaba una doble existencia: Por una parte, era un chico común que seguía más bien a regañadientes la vida normal de un joven de su edad. Pero por otro lado (su personalidad 2) era alguien en contacto con una divinidad, con un nivel de conciencia en plena expansión.
-Alrededor de los 12 años tuvo el famoso e impactante sueño con la catedral de Basilea; una pesadilla cargado de imágenes blasfemas, escatológicas, que involucraban a dios, y que no describiremos aquí porque claro, tenemos que cuidar el buen gusto. Las imágenes lo perturbaron tanto que le provocaron tres noches seguidas de insomnio en las cuáles se preguntaba porqué dios le ponía esas pruebas. Finalmente, cuando hubo aceptado las imágenes, comprendió que había descubierto algo sumamente importante en el campo de las patologías psicológicas: La aceptación de nuestros asuntos desagradables, chocantes, perturbadores, era un camino necesario para producir cambios terapéuticos. Aún así, el sueño de la catedral le provocó una duda que le persiguió toda su vida: Quizá dios era algo espantoso.
Después de estas anécdotas de infancia y juventud que perfilaron sus investigaciones, siguió su larga y productiva etapa profesional; el desarrollo completo de su teoría, los encuentros y desencuentros con Freud, su militancia en la sociedad Eranus, etc. Pero las ensoñaciones e imágenes involuntarias le seguían persiguiendo:
-Hacia la parte media de su vida le preocupó estar desarrollando una psicosis, y se dio cuenta que podía controlarla mediante manifestaciones artísticas; pintar, esculpir...
-Como consecuencia de un infarto cardiaco, Jung reporta haber hecho un viaje astral, en el cual salió inclusive del planeta Tierra. Su médico le hizo regresar a su cuerpo, lo cual le deprimió mucho.
Al final de su vida sus obsesiones abarcaron, desde las injusticias divinas que se describen en el Libro de Job, hasta una explicación de los OVNIS y el estudio de los números.
Para rematar con sus disparatadas vivencias, hay quien asegura que justo en el momento de su muerte un rayo cayó sobre árbol de su patio, bajo el cual solía meditar. El árbol quedó marcado.
Como podemos apreciar:
Jung, toda una cabecita loca...
Publicado por Pável 15 de Agosto 2005 a las 03:01 AM