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11 de Julio 2005
1940. Ascona, Suiza. Al término de la octava sesión del grupo Eranus el Doctor Carl Gustav Jung se encuentra repentinamente solo a mitad de la calle. Unas gruesas gotas de lluvia golpean su sombrero. Cuando parece inminente la caída de un aguacero, el Doctor Jung es tomado del antebrazo por un desconocido quien lo conduce hasta una cafetería cercana. Una vez en el interior, instalados en una mesa, el desconocido le invita una bebida y comienza a hablar. Inicia felicitándole por su ponencia de la tarde (Zur Psychologie der Trinitätsidee) y también por el valor demostrado en la exposición de Wotan, hace cuatro años.
En ese momento Jung recuerda vagamente al desconocido, rememora su rostro y lo ubica en la sesión de Eranus de 1936. Sí, cree haberlo visto allí por primera vez.
Del halago, el desconocido pasa directamente al reproche haciendo alarde de una confianza y una autoridad insospechadas y hasta insolentes. Al desconocido le parece sorprendente que alguien tan valiente como Herr Doktor reprima la verdad que bien conoce. Tal parece que Jung trata de adaptar los hechos, la evidencia, a una concepción cómoda, segura y aceptable por la autoridad. Jung abre por primera vez la boca para aclarar que la iglesia católica no representa ninguna autoridad para él. El desconocido responde que no se refiere a esa autoridad.
El desconocido ordena que Jung regrese a Pitágoras. El desconocido ordena a Jung que acepte: No existe ninguna Trinidad. Jung abre la boca por segunda vez para evocar una cita: "En el número tres está toda perfección; Aurora Consurgens, Siglo XV". El desconocido sonríe; exclama: "Exacto, exacto. ¿Y a usted le parece que este mundo es perfecto? Adivine quién es el cuarto oculto, el que refleja lo que la vida verdaderamente es; el que fue dejado fuera de esa absurda y ridícula representación trinitaria."
Jung calla. El desconocido suaviza su tono. Le dice a Jung que en cierto modo le comprende; que es demasiado arriesgado aún para una figura de su prestigio sugerir (ni se diga publicar) semejante idea. Pero haremos un trato, dice el desconocido: Yo le garantizo a usted que en muy corto tiempo el mismísimo Papa hará pedazos la Trinidad. ¿Qué no es posible? Claro que lo es. El Sumo Pontífice hará uso de su infalibilidad por primera vez en la historia exclusivamente para ese fin. Mientras tanto usted revisará ese trabajo suyo que hoy nos ha presentado y le hará las correcciones pertinentes. Más bien, dirá la verdad. Los resultados de sus hallazgos. Sin maquillajes, sin restricciones. No se le olvide y no tenga miedo de lo que ha descubierto:
El arquetipo no es el tres, sino el cuatro.
El desconocido se levanta, estrecha con firmeza la mano de Jung y se da la vuelta. Pero regresa. Deposita un tomo bellamente encuadernado sobre la mesa. Jung revisa el título: Das Verwüstungbuch.
El desconocido finalmente se marcha. Ha dejado de llover. Jung se queda absorto mirando el árbol de enfrente. Sus labios dejan escapar un susurro, dos palabras:
Der Engel.
Un rayo parte el árbol en ese momento.
17 de junio, 2005. Cuernavaca. Ángela me invitó a cenar a este restaurante italiano. Recordamos de buena gana el asunto del Tropicana, lo mucho que reímos. Luego pasamos a cosas más serias. Me habla de la gente que se ha encontrado; de la extraña sensación de confianza o desconfianza súbita que nos producen ciertas personas. Por ejemplo, es curioso que con un reciente conocido mutuo hayamos sentido lo mismo: Desconfianza. En el otro extremo de este espectro de confiabilidad termino hablando de Cynthia. Le cuento a Ángela de la vez que vi por primera vez a Cynthia realmente, de los desencuentros y de una extraña confianza que le tengo. Y que ahora creo saber a qué se debe: Cynthia es un arquetipo. Y tengo entonces un nuevo motivo para reflexionar con Ángela: No existen las personas, o no las vemos. Pero aún después de vencer sus sombras, están sus arquetipos.
Ángela intuye que hemos bebido de más y relaja el ambiente con algo ingenioso:
"¿Y si algún día dios nos sale con que aquello de "la vida eterna" era sólo una broma?"
Publicado por Pável 11 de Julio 2005 a las 04:00 AM