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16 de Febrero 2005

Ozono 425

SS274BR

Este es el lugar más importante de todo el edificio: El salón principal de la planta procesadora. No hay que dejarse llevar por el tamaño; aunque de pequeñas dimensiones, la labor que en este lugar se realiza resulta ser la más importante en la obtención final del producto.

Pero repasemos precisamente el trabajo completo. Siguiendo una metodología que ha sufrido pocas modificaciones desde principios de siglo, en primer lugar los ozonos deben ser recolectados en los nidos que ellos mismos construyen en los suburbios y en las antiguas minas de cabalita. De ahí son trasladados directamente al primer piso de esta planta donde se someten, todavía vivos, a una especie de limpieza genética; los cromosomas 3 y 7 son removidos y sustituidos por agentes de magnesio. Posteriormente sus extremidades son separadas del tronco. Las primeras se reciclan con fines de investigación, y el tronco o cuerpo pasa al segundo piso donde inicia el proceso de fermentación y enjuague. Dada su especial condición biológica los ozonos aún siguen técnicamente vivos al final de estas dos etapas. Es entonces cuando aquí, en el salón principal, se lleva a cabo el particular procedimiento de “cesar” la actividad del ácido desoxirribonucleico transmisor; una especie de “eutanasia” a medias para estos bicharrajos. En dicha operación no interviene el factor humano, ya que este último paso es increíblemente rápido: A los 30 nanosegundos de aplicada la “eutanasia”, los ozonos expelen (cada uno de ellos) hasta 3 mililitros de un líquido pardo que se recolecta y posteriormente se decolora.

Este producto final es lo que se conoce como Ozono 425; la sustancia activa que desde hace cinco generaciones es agregada al agua embotellada, y que hace que la gente permanezca siempre estúpida, relajada y sonriente.

Publicado por Nôd 16 de Febrero 2005 a las 03:06 AM