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26 de Julio 2004

Un hotel en Clermont-Ferrand

La brújula se ha hecho trizas nuevamente. Yo tenía el mapa mundi colgado de la pared con el itinerario programado. Pero esta noche de frío verano el cuervo de la biblioteca enloqueció y no paraba de graznar. Le arrojé mi pantufla con tan mala puntería que le pegué al mapa y éste cayó al piso. En la pared desnuda una mancha de humedad reproducía la región de Auvergne. ¿Una señal?

A la mañana siguiente, muy tempranito, me asomé a la ventana y vi pasar al lechero con su legión de cabras.

-Eh, ¡Usted!- le grité
-¿Diga?
-¿Un hotel en Clermont-Ferrand?
-Déjeme en paz o le arrojo una cabra.

Quién sabe. Al rato pasará el leñador. Le preguntaré a él.

Publicado por Pável 26 de Julio 2004 a las 04:45 PM