« Jueves infantil | Página principal | Esas pequeñas nadas »

26 de Marzo 2004

Rien à faire

larmes.jpg

Él le dice a ella todas las frases inventadas hasta el momento para esas ocasiones:

-"a cada minuto pienso en ti"
-"si supieras lo enamorado que estoy"
-"te necesito tanto"

bla bla bla bla bla bla bla.

bla bla bla bla bla bla bla.

Todas esas ilógicas, fútiles frases. Todas esas palabras que van cayendo una tras otra sobre la falda de ella, que van resbalándose hasta el piso, que son inmediatamente picadas por las palomas hambrientas.

Cuando dejas de creer en las palabras has pasado a un estado casi místico.

Ella mira hacia otra parte. (¿Qué busca en el cielo? ¿Relámpagos? ¿Tempestades? ¿Accidentes aéreos?)

A la distancia los observo. Ella es especialmente hermosa en su desprecio. Especialmente hermosa e inteligente. Él es especialmente pequeño y vulnerable en sus sentimientos. Pequeño. Ha perdido el juego antes de siquiera haberlo comenzado. Me gustaría tener a mi derecha un contrabajo y ponerle música su patetismo. Ponerle música a la tarde y a mi sonrisa. Cómo disfruto estas escenas. Ella se levanta. Pago mi café, me pongo el saco y camino. Las palomas se marchan, asustadas.

Publicado por Nôd 26 de Marzo 2004 a las 02:20 PM