el club de los insomnes

Escrito por una termita

Si Julio se perdía porque quería perderse en los pasillos de los consulados extranjeros de noche, no veo razón por la que uno no se pierda, por querer, en los laberintos del recuerdo. O en las baldosas de la colonia Roma. O siguiendo a los perros callejeros. O reclutando motivaciones, alterando archivos, escribiendo galimatías en las agendas ajenas, preguntando la hora en la calle, pidiendo aventones en Avenida Revolución, cocinando lentejas, abriendo ventanas, desparramando papeles, mirando al cielo.

Por supuesto que estamos recordando a Julio, el cronopio, a quien le dedicamos la siguiente asociación libre: París, jazz, Argentina, inventos, Verne, box, ajetreos, amigos, humor y escapismo. Y ya.

El mejor homenaje es leerlo.

Pd. No se apure, nunca sabremos a ciencia cierta qué es un cronopio; pero podemos intentarlo, una y otra vez.
PD2. Gracias, Fla-k, por recordarme.

Publicado por Pável 12 de Febrero 2004 a las 11:59 PM