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10 de Enero 2004

Lluvia como jazz

La tromba de ayer en la noche me paralizó a unas cuadras de mi casa. Ciudad de México, 20 horas, frente a un parque. Dos niños corrían y jugaban con un perro bajo la lluvia, lo cual me sorprendió sobremanera ya que el frío era considerable. Al trío parecía no importarle; se veía feliz. A mis espaldas un café. Cuatro mesas llenas; algunos jugando dominó, otros ajedrez. Humo de cigarros, el murmullo de risas y pláticas.

Conforme la lluvia arreciaba yo me iba hipnotizando con ella. El ruido proveniente del café se iba disolviendo a mis espaldas y los golpes del agua con el asfalto se convirtieron en una improvisación de música e imágenes de los días recientes. Era una tonada de jazz, y con ella en mi mente me veía a mí mismo caminando otra vez en la costa yucateca. Volvía a visitarles a ellas y a ellos. A Laura y JC en la Casa del Perico en Mérida; a Adriana en el café, a Karla y Hernán en la plaza; a Gerry Alejos y los Lacrimae en la playa; a Rebe en un encuentro fortuito en el supermercado; a muchos más en la ceremonia.

La lluvia siguió implacable, lo cual es un buen augurio: La música no se detendrá.

(Alejandro y Russell han comenzado a grabar; bajo y batería. El Virtuoso regresa hoy a la ciudad de México. Le esperan el frío del altiplano y un cable que irá de su guitarra a mi computadora. Se ha de esperar el frío; lo segundo será una sorpresa de mi parte.)

Publicado por Pável 10 de Enero 2004 a las 11:57 PM