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28 de Agosto 2002

El cascabel

La Cumbre sobre Desarrollo Sustentable de Johannesburgo (26 de agosto al 4 de septiembre) recibe a la mayor cantidad de jefes de Estado y de Gobierno reunidos desde hace por lo menos diez años. Una de las conclusiones de la Cumbre de 1992 en Río de Janeiro fue la siguiente: “La causa principal de la degradación continua del medio ambiente es un modelo de consumo y producción no viable, principalmente en los países industrializados, que agudiza la pobreza y los desequilibrios” (Ramonet, 2002). En aquel entonces se dio un paso importante al reconocer que la distribución injusta de la riqueza, el consumismo, la explotación laboral, el desempleo y la degradación ambiental están íntimamente relacionados entre sí. Sin embargo, más allá de este reconocimiento público, el principal contaminador del planeta, los Estados Unidos de Norteamérica, prácticamente no ha hecho nada respecto a su parte de responsabilidad, sino al contrario. En la última década, las emisiones de gas carbónico (CO2), principales responsables del calentamiento global, han incrementado un 18% por parte de los Estados Unidos (Worldwatch Institute, 2002). Esto no hace más que confirmar que para el modelo generador de riqueza impulsado por EE.UU., proteger el ambiente es igual a perder dinero.

Estas son algunas de las cifras que reciben a los jefes de estado:

El 20 % de la población vive en países desarrollados. Este 20 % de la población mundial representa el 86 % (sí, el ochenta y seis por ciento) de los gastos totales mundiales de consumo. Este 20 % consume el 80 % de la energía no renovable y 40 % del agua dulce del planeta.
Dos de cada cinco personas en el mundo no tiene servicio de electricidad.
Uno de cada 3 niños menores de 5 años padece de desnutrición.
Uno de cada 4 adultos del mundo nunca aprendió a leer. No se toman en cuenta aquí a los analfabetos funcionales.
Un francés consume 150 litros de agua al día. Un keniano dispone de 4 litros al día. Un neoyorkino consume 680 litros al día en promedio.
La mitad de la humanidad consume agua de pésima calidad. Se estima que cada día mueren 30,000 personas a causa de la ingesta de agua contaminada.
Una de cada 5 personas en el mundo no tiene acceso a servicios de salud modernos.
La mitad de la humanidad sobrevive con menos de 20 pesos al día.
Actualmente, en un mes y medio se consume la misma cantidad de petróleo que se consumió en todo el año de 1950.
La riqueza de las 3 personas más acaudaladas del orbe es igual a la riqueza de los 48 países más pobres.
Cada año desaparecen 17 millones de hectáreas de bosque (cuatro veces el tamaño de Suiza).


George Bush no asistirá a la cumbre de Johannesburgo porque estará de vacaciones; decidiendo seguramente si derrocar a Saddam Hussein en jueves o viernes, para hacerse del control del petróleo de la región y reactivar la hoy maltrecha economía gringa.

Por supuesto que culpar a un país, grupo u organización de la catástrofe que actualmente vivimos poco hace para mejorar la situación, puesto que cada individuo conductualmente genera y contribuye al mecanismo de la destrucción. Pero también es verdad que una gran parte de los individuos actúan así por ignorancia, y el antídoto de la ignorancia, la educación, no es algo que vaya muy bien con la distribución del presupuesto en los modelos económicos actuales.

Con todo, es claro que alguien debe poner un alto a la criminal política económica norteamericana, a la criminal política económica de las compañías trasnacionales que explotan los recursos ambientales de los países subdesarrollados, al criminal modelo de la Organización Mundial de Comercio, y todo esto como un primer paso efectivo para mejorar las condiciones de vida. La iniciativa más importante a ser adoptada será subordinar las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a los principios de las Naciones Unidas sobre la protección de ecosistemas y a los reglamentos de la Organización Mundial del Trabajo.

Si la ONU sigue demostrando su incapacidad para ponerle el cascabel al gato, ¿quién tomará la estafeta?

El ciudadano. Y como noticia (mínimamente) reconfortante, ya hay ejemplos exitosos de triunfos ciudadanos poniendo freno a crímenes contra los humanos y el ambiente; ejemplos que esperamos compartir en siguientes entregas.

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(Todas las cifras tomadas de:
Worldwatch Institute: State of the World 2002, Washington, 2002.
http//www.monde-diplomatique.fr/2002/08/RAMONET/

26 de agosto, 2002

Publicado por Lic Osorio 28 de Agosto 2002 a las 01:24 AM