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22 de Junio 2004

En campaña

Iluminación interior, mis polainas


-Disculpe señor, ¿qué es eso?
-Una cubeta llena de gasolina.
-Me temo que no puede pasar con eso, señor.
-¿Cómo que no? Mire. Si me deja pasar, mañana esta tienda de discos estará en la primera plana de todos los diarios. ¿Qué mejor publicidad?
-No lo había pensado de esa manera, señor. Adelante.

Con sumo cuidado recorro el perímetro de la tienda regando el líquido inflamable. "No se preocupe, es un performance" voy diciendo ante la mirada de los curiosos. Llego hasta una estación sonora donde una chica tiene puestos los audífonos. Observo el disco que escucha. La mojo con gasolina de la cabeza a los pies.

-¡Oye imbécil!
-No se enoje señorita. Está usted en un programa de cámara escondida. Mire, allí está la cámara, sonría.

Sonrisa de la chica. "¿Sí? ¿Dónde, dónde?"

Sigo. Termino de regar el bendito líquido y estoy en la puerta de nuevo. Saco la caja de cerillos, escojo uno. Lo enciendo y lo arrojo al piso, al tiempo que doy la vuelta. A mis espaldas sólo escucho gritos, anaqueles cayendo.

Ya en la calle, una mujer me regala unos folletos y me quiere vender un libro: "La llave para tu iluminación inmediata. Cuando encuentres tu reino celestial interior, todo lo demás vendrá por añadidura"

Miro al fondo de la cubeta y aún queda algo. Le tiro la gasolina a la mujer y me reviso los bolsillos. Diantre; se me acabaron los cerillos. En otra ocasión será.

Publicado por Nôd 22 de Junio 2004 a las 05:46 PM