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3 de Diciembre 1998

El color malva/Mujeres contaminadas

El color malva

Muchos lo habrán visto
y se figuran
que puede ser muy fácil.
Plop.

El color malva de tus ojos
de tu seno y de tu alma.


Mujeres contaminadas

Los niños se ocultan bajo sus cariátides
Manos rosas detienen la seda azul de su mirada
y en tránsito proclive al abordaje
mi espejo se transmite en sendas claras.

Un ejército de virus y polillas
desata la angustiosa retirada
se enciende la nostalgia repentina
provoca en los pasillos saña y salva.


Oblicuo

Un paciente
enciende
tres de cuatro heridas

y a la quinta muere.


Fuga

Seis.
Una balanza tirita.
Seis.
Espero una carta póstuma
que yo mismo escribo.
Desarmo la armonía de los tanques.
Y sus ganas infinitas.


Espiral

Cuántas sillas quisieran vivir
lo que he vivido.
Hormiga-devora-mi-mano-y-al-sino.
Yo no tengo la llave.

Es mínimo el efecto de la sombra. El sol se me sonríe y transfigura. El sol se me sonríe y desdibuja. El sol se me sonríe escarlatina.

(Puedo arreglármelas solo).


La prueba de Elizabeth

Cuando Ruth le cortó la cabeza
El Señor se alegró.
¡Ay Fantasma de la vida!

¡Pobre suerte! ¡Pobre tiempo! ¿Acaso lo que muere se termina?
Ciento cincuenta mil trompetas
Yo fui mi propia espiral difusa
y regreso a la fuente de mis días.

La montaña, la bruma
el espanto de la nieve
el espanto de la tierra y de la sarna.

Sé a lo que me estoy enfrentando.

Y camino.

(escrito en la ciudad de Mérida, Yucatán)

Publicado por Pável 3 de Diciembre 1998 a las 02:01 AM